«PUERTO»
EN LA BRISA DE LA TARDE
FRESCA CLARA DEL RECUERDO,
ME LLEGA EL OLOR A PAITA
QUE DANZA QUIETO EN EL PUERTO.
SERENO, CALLADO, SOLO EN LA ORILLA
ESTA EL LAMENTO, EL SUSURRO DE LAS
OLAS Y LOS ALBATROS EN EL VUELO.
EL MAR AZUL, INFINITO, ACARICIANDO
RISUEÑO TUS PLAYAS, DESNUDAS
ROCAS DE SAL DE TU CUERPO FRESCO.
DISTANCIA DEL HORIZONTE
SANGRA EL CREPUSCULO ABIERTO,
PERFIL DE BOTE AMARILLO QUE
HUNDE EN EL MAR SUS DOS REMOS,
QUE SON DOS BRAZOS CURTIDOS
QUE SON DOS VIEJOS MADEROS.
PESCADOR DE LUZ Y SOMBRA
YA NO ESCUCHAS MI LAMENTO
EL PESCADOR SOLO ESCUCHA
SOLO LA CANCION DEL VIENTO.
VIEJA CANCION MARINERA
QUE SE DESGARRA A LO LEJOS,
LEVE SUSURRO DE OLAS QUE
ES UN SUSURRO DE BESOS.
CARRETERO DE LA MAR Y PESCADOR
EN EL VIENTO, LANZA TU RED DEL
MILAGRO, TIRA TUS REDES AL
CIELO ATRAPARAS FAROS,
LUNAS SURCOS, ESTRELLAS,
LUCEROS. PESCADOR DE LUZ
Y SOMBRA VIEJO PESCADOR
PAITEÑO, LLEVA A TU MAR
AMIGO EN BARCAROLA DE FUEGO
¡TU SERAS MI CAPITAN,
YO SERE TU MARINERO¡
AUTOR: MIGUEL GODOS CURAY
FUENTE: ANTOLOGIA DE POETAS PAITEÑOS
junio 20, 2007 at 6:11 pm
ES UN POEMA O UN RELATO. DE POEMA NO TIENE NI PIES NI CABEZA. POR FAVOR ESCRIBAN CON SENTIDO, NO TODO DEBE QUEDAR EN INTENCIONES
junio 20, 2007 at 7:17 pm
AUSENTE:
LO IMPORTANTE ES QUE LA CREACION ARTISTICA PAITEÑA ESTA PRESENTE. DICEN QUE «UN PUEBLO SIN POETAS, ES COMO EL MAR SIN LA BRISA MARINA». POR ESO HAY QUE CONGRATULARNOS DE QUE HOMBRES Y MUJERES DE PAITA BRILLEN CON LUZ PROPIA EN EL DIFICIL CAMINO DE HACER VALER SU VENA ARTISTICA. VALGA LA OPORTUNIDAD PARA HACER UN LLAMADO A LAS AUTORIDADES EN EL SENTIDO DE QUE TIENEN QUE INCENTIVAR LAS ARTES (POESIA, LITERATURA, PINTURA, CANTO, DECLAMACION) ENTRE NUESTRA JUVENTUD, LAMENTABLEMENTE AMENAZADA POR LAS PANDILLAS REGETONERAS Y OTROS TEMORES DE NUESTRO TIEMPO. POR ESO, EL NACIMIENTO DE UN POEMA, ESPECIALMENTE SI ES PAITEÑO, SIEMPRE ES BIENVENIDO Y SALUDADO CON REPIQUES DE CAMPANAS AL VUELO, 21 CAMARETAZOS Y TODA LA ALGARABIA QUE SUSCITA EL GENESIS DE UNA OBRA DE ARTE.
MARCELINO APARICIO J
PERIODISTA
PD.- SERIA BUENO QUE TE IDENTIFICARAS Y NO SOLO CON UN «SEUDONIMO», LA COLONIA DE PAITEÑOS RESIDENTES EN LIMA Y CALLAO TE LO AGRADECERAN.
junio 20, 2007 at 7:54 pm
Admiro la musicalidad del poema y la riqueza de lenguaje. (MAJ)
Barcarola.-
Canción popular de Italia, y especialmente de los gondoleros de Venecia.
2. f. Canto de marineros, en compás de seis por ocho, que imita por su ritmo el movimiento de los remos.
junio 24, 2007 at 9:34 pm
el poema puerto tiene su propio compas y que pena me da del tal ausente .si esta ausente en la poesia y literatura no me cabe la mayor duda o es una lata rodante que no tiene trabajo .lee,sufre y aprende de la vida.
diciembre 5, 2007 at 9:16 pm
Leer el poema «Puerto» de Miguel Godos me ha hecho recordar aquel comentario que hiciera en las aulas de la UDEP el doctor Ramón de Dolarea respecto a la belleza expresiva del escrito, además de la musicalidad que le da un marco como si se tratase de una bella pintura hecha con palabras. Lástima que Miguel no haya seguido escribiendo poemas. Pero si los tienes Miguel, publícalos.
abril 11, 2008 at 12:56 am
Paita y Piura, tambien tienen mejores poetas, pues «Piura es tierra de poetas», mejor aún cuando estos se identifican y sufren con las penurias de su pueblo, esos valen mas…
abril 11, 2008 at 3:48 pm
Roberto los poetas de Paita gritan a traves de sus poemas para que exista justicia al igual que las pinturas del joven paiteño Stevenson son impresionantes su obra «Basta ya» te la recomiendo que la veas.
Porque Piura es la hija ingrata de Paita que no permite que Paita se desarrolle y progrese, le tienen mucha envidia por el megapuerto.
Hay que tener siempre en cuenta que son los paiteños los que fundaron Piura con el nombre de «SAN MIGUEL DEL VILLAR» y no los españoles como ellos dicen, basta de farsas señores, la verdad iluminara lo todo.
abril 16, 2009 at 6:32 am
Tengo entendido que el profesor Miguel Godos tiene una copiosa producción literaria aún inédita, el poema que se comenta es parte de un triada de romances que fueron premiados en los Juegos Florales de la Universidad de Piura en 1972 cuando el precoz poeta tenía quince años. El otro poema de esta serie está dedicado a la patriota quiteña Manuela Sáenz y el otro a la luna de Paita.Tiene escritos cincuenta sonetos y otros poemarios incluso uno con prólogo póstumo de LAS. El recato de Godos y su pasión por el periodismo no permiten que los paiteños ( que poco lo aprecian) por desconocimiento lo descubran de verdad.
En Quito lo comparan con Juan Montalvo y en la prensa regional tiene n una egregia presencia.Como bien dicen aquí en Trujillo nadie es proeta en su tierra y Paita no es una excepción.
abril 16, 2009 at 3:39 pm
PRIMERAMENTE AGRADECER AL SR APARICIO POR DARNOS LA OPORTUNIDAD DE PODER EXPRESARNOS.
QUIERO PEDIR AL SR GODOS SER MAS CONSECUENTE CON LO QUE ESCRIBE, ACA EN PAITA ALGUNOS LE TIENEN DE TRAIDOR DE PAITA.
1-SE EXPRESA MAL DE LOS PAITEÑOS PUBLICAMENTE HA GENERALIZADO DICIENDO QUE SON OCIOSOS Y VANDALOS CUANDO TRABAJAN, DESCONOCIENDO QUE ESTE TIPO DE GENTE TAMBIEN SE ENCUENTRA EN CUALQUIER PARTE DE MUCHOS PAISES Y LAMENTABLEMENTE PAITA NO ES LA EXCEPCION.
2-A PESAR DE HABER NACIDO EN PAITA Y HABER SIDO POR MUCHOS AÑOS DIRECTOR DE UN DIARIO REGIONAL, NUNCA APROVECHO ESTE MEDIO PARA PUBLICAR NOTICIAS DE INTERES EN BENEFICIO DEL PUERTO, PARA EL PAITA SIEMPRE ESTUVO DE LAS MIL MARAVILLAS NUNCA TUVO NINGUNA PROBLEMATICA Y LO MARGINO.
3-ES SORPRENDENTE QUE SIENDO PAITEÑO Y SOLO POR EL HECHO QUE VIVE EN PIURA, HAYA EXPRESADO PUBLICAMENTE QUE MIGUEL GRAU NO HA NACIDO EN PÀITA SINO EN PIURA, CLARO ENTENDEMOS SU POSICION MUY BENEFICIOSA AL LADO DE TANTO AMIGUITO PIURANO, PERO ESO ES EL COLMO, YO NO SE QUE TE HARIA MIGUEL GRAU SI VIVIERA POR NEGAR SU VERDADERA IDENTIDAD, TRAIDOR.
ESPERO QUE PRONTO REFLEXIONES, TE ARREPIENTAS Y TE DEJES DE TANTA FARSA E HIPOCRESIA CON PAITA Y TAMBIEN CON EL TEMA DE MANUELA SAENZ QUE YA TODOS SABEN.
agosto 20, 2009 at 3:01 am
xevere
febrero 28, 2010 at 3:50 am
Juan Carlos es o se hace el imbécil. La ignorancia acompaña siempre la estulticia como apestosa fragancia.
marzo 18, 2010 at 2:30 am
hola soy del mejor colegio de paita ^^Divino maestro^^
marzo 18, 2010 at 3:10 am
no les haga caso mejora tu puedes oooookokokokok
marzo 18, 2010 at 3:12 am
I recommend the best disco nightclub paita that LOTUS ^ ^ ^ ^ ^
marzo 18, 2010 at 3:28 am
HOLA RECOMIENDO LA MEJOR DISCOTEKA DE PAITA
DISCOTECA ^^LOTUS^^
diciembre 13, 2011 at 7:00 pm
SOMOS GRAU SEAMOSLO SIEMPRE
Lic. Miguel Godos Curay
“Se llamaba Miguel Grau y amaba el mar en cuyas orillas perdió el miedo corriendo olas. Tenía profunda la mirada y era bueno. Se reía a carcajada sonora como los marineros y era devoto de Santa Rosa de Lima. Aprendió a navegar antes de cumplir los nueve y lo dio todo por el Perú cuando sólo tenía 45 años. No era el viejo patilludo que nos muestran los monumentos. Era un hombre que sabía sonreír ante sus numerosos hijos. Predestinado, vino al mundo en la víspera del día patrio un 27 de julio. Su sola evocación une al Perú en una cadena de generosidad interminable. Supo en el fragor de la guerra ser valiente y con el vencido un adelantado de los Derechos Humanos.
Grau no practicó nunca los excesos sangrientos de la guerra. Fue un ajedrecista inteligente en el tablero inmenso de la mar. Sus fichas blancas siempre sorprendieron a las negras de la sombra. Y en el momento supremo se batió como un león. Su efigie en las escuelas convoca cívicos ejemplos. Los niños en las escuelas lo contemplan con admiración. Su imagen bendita está presente en la inmensidad del océano y en cada nave donde flamea el pabellón nacional. El ennoblece a la Marina y con él la Marina de Guerra del Perú se ennoblece”.
De él podemos decir: su forma de respirar fue el navegar. Grau es como una centella que cruza el anchísimo pecho del océano y no teme a las tinieblas y brilla intensamente por el esplendor de sus virtudes. Sírvannos de prolegómeno, aquellas palabras que un 28 de Julio de 1906, Germán Leguía y Martínez, pronunciara al colocarse una placa conmemorativa en su casa:
“La América lo venera, el mundo lo admira, no hay corazón peruano que no se abra ante su nombre como un templo, y vierta ante su gloria el incienso de una gratitud y un orgullo tan legítimo como perdurable. Bendito sea ¡Bendita la tierra que lo vio nacer! Bendito sea el rincón en que meció su cuna venerada.”
Grau es un modelo de integridad moral. En la vida como señala el poeta Pierre Réverdy: “no hay amor sino pruebas de amor”. Grau es una prueba de amor al Perú, a la familia y al deber. Grau es un paradigma vivo en un momento en donde la desintegración de vida es la demostración del divorcio entre la palabra y la acción. Cuando se inmola en Angamos tiene 45 años. Una foja impecable y la promesa de una vida apacible en el hogar.
La mayor de las virtudes de Grau fue la gravedad, expresada en la dignidad y la seriedad de un hombre de vida intachable y austera lo que le confiere una especie de autodominio en cada uno de sus actos. A ello podemos sumar la parsimonia del hombre preocupado por atender en todo momento y circunstancia las necesidades de su familia y de los propios empleados de su casa. Su vida familiar, desde el momento de su matrimonio, entre 1867 y 1879 es demostración de una delicadeza extraordinaria. Grau disfruta del cariño de su esposa y la ternura de sus hijos. También fue un puntual cumplidor de los deberes para con Dios y con la patria. Como ciudadano se adhirió a la ley y a la palabra empeñada. Por eso, durante la revolución de los Gutiérrez, Grau expresa su rechazo a la autoridad ilegítima en defensa del orden constitucional.
Fue un hombre virtuoso en el sentido clásico. La “virtus” romana es el valor, la característica propia del “vir” del hombre fuerte, del héroe. Fue asimismo respetuoso del legado de sus mayores. Y en el fragor del combate generoso y magnánimo cualidades que exaltan sus propios adversarios.
En él se cumplió ese sentido del honor que como ley no escrita prevalece en los hombres de mar. No olvidemos, como puntualiza, el historiador José Agustín de la Puente y Candamo: “Se embarca cuando tiene 9 años de edad y regresa a Lima cuando cumple los 19”. En esta etapa de su vida Grau penetra en el mundo de lo marinero a través de una singular experiencia personal y no de los libros.
Grau entre 1843 a 1853 recorrió un total de 102 mil 854 millas. Cuando en 1853 su padre pide la incorporación de sus hijos Miguel y Enrique a la Marina de Guerra del Perú, tienen ya una experiencia en buques mercantes. En 1854 Miguel Grau ingresa como guardiamarina de la Marina de Guerra del Perú, tiene veinte años y es una promesa para el Perú.
La escritora Emilia Serrano de Tornel (1843-1922) conocida como la baronesa de Wilson, lo describe del siguiente modo:
“Tenía Miguel Grau varonil figura; dulce afabilidad en el semblante; cutis tostado por el sol de los trópicos y curtido por las salobres brisas que desde muy niño habíanle acariciado. La estatura pasaba de mediana, la complexión robusta y vigorosa, propia para hacer frente a los peligros y vencerlos con titánica entereza. La frente era alta y espaciosa como forjada para ceñir laureles. Los ojos negros, hermosos y rasgados, traducían el valor indomable la serena intrepidez del hombre resuelto a sacrificar su vida en defensa de los sagrados intereses patrios. “
Grau es una lección humana: La vida que vale la pena vivir, tiene que ser intensa y no extensa. Fue un hombre valeroso. Como señala Aristóteles el valor es un medio entre el miedo y la audacia. El valiente se presenta sin temor ante una muerte honrosa y ante peligros que cada instante pueden caer sobre él. El valeroso sabe que hay que darse del todo, entregarse del todo: es preciso que el sacrificio sea holocausto.
Veamos el escenario nacional: En 1876 el Perú tiene según el censo 2 millones 704 mil 998 habitantes. Según Basadre al estallar la guerra con Chile el Perú se encontraba en pleno desarrollo industrial. Anota el historiador de la República lo siguiente: “Una auténtica revolución económica había estado desarrollándose en el Perú debajo de las frecuentes y nominales revoluciones políticas.” En efecto desde 1845 y con gran impulso en 1852 el país había empezado a crecer. Quien construía en 1869 gastaba más porque buscaba la comodidad de disponer de cañerías de agua e instalaciones de gas. El banco Hipotecario empleaba sus fondos para impulsar la industria agrícola antes que desarrollar la construcción urbana. Entre los años 1865 y 1866 se generalizó en Lima el uso del carbón de piedra.
Las fondas y hosterías se habían generalizado en la capital, en general existía un relativo aumento del bienestar y una mejora del modo de vivir. Se esperaba con ilusión que el ferrocarril trasandino trajera productos de agrícolas del campo a la ciudad con el consiguiente abaratamiento de sus precios. La industria peruana, sin embargo, es incipiente pero entre ellas destacan la Compañía que se dedica a la fabricación de hielo, la Refinería de Azúcar, la Compañía de kerosene de Piura, tres compañías salitreras, las Compañías de Gas de Alumbrado para Lima, Arequipa, Chorrillos y Callao.
En Lima hay fábricas dedicadas a la elaboración de galletas, chocolates, fideos, cerveza, fundiciones y molinos. La actividad textil crece en Vitarte. Sin embargo, el país, es un archipiélago de “islas agrarias” en la costa y la sierra con dificultades de comunicación y transportes. El Secretario de Hacienda Manuel Pardo formuló durante este período un plan de aumento de rentas, disminución de los gastos y mejora de la administración. Para ello defendió los intereses del Estado ante los consignatarios del guano y creó nuevos impuestos. Entre 1876 a 1878 el sol billete se cotizaba al cambio con la Libra Esterlina a 40 peniques. A fines de 1878 a 26.5 peniques a consecuencia de la crisis y depresión en países como Inglaterra y Estados Unidos. La caída de los precios a nivel mundial afectó la economía peruana. En conclusión la guerra con Chile detuvo el proceso de modernización del aparato productivo peruano.
Grau el 4 de febrero de 1868 asumió el comando de monitor “Huáscar” el que dejará el 5 de agosto de 1876 para incorporarse como Diputado por Paita. Este, sin duda, fue un acontecimiento afortunado en el que prestó solemne juramento por Dios, por la patria y por Paita. Grau en su Cámara es gestor de importantes iniciativas para modernizar nuestra Armada. Los méritos cívicos de Grau como Diputado le fueron reconocidos por la Resolución Legislativa Nº 23680 promulgada el 14 de Octubre de 1983 que establece que en el Hemiciclo de la Cámara de Diputados habrá permanente una curul con el nombre del Diputado por Paita Miguel Grau Seminario y la lista de asistencia al iniciarse las sesiones de la cámara comenzarán con el nombre de Miguel Grau Seminario tras cuyo enunciado la representación nacional dirá: ¡Presente
En 1872 el armamentismo chileno era una preocupación del Presidente Balta quien solicitó al Congreso le autorice una empréstito por cuatro millones de pesos para adquirir dos acorazados. Pese a que el empréstito fuera aprobado por el Congreso el consignatario de turno se negó a efectivizarlo. Asesinado Balta la crisis política postergó la adquisición. Posteriormente asume la presidencia Manuel Pardo hasta que en 1876 fue elegido Mariano Ignacio Prado.
En Febrero de 1879, concluido el período legislativo, Grau, vuelve al Ministerio de Guerra y Marina. El 14 de Febrero Chile ocupa Antofagasta posteriormente ocuparía Mejillones, Cobija y Tocopilla. El 15 de mayo de 1879 el “Húascar”, la “Independencia” y los transportes “Chalaco”, “Limeña” y “Oroya” abandonan la rada del Callao, hace cuarenta días que Iquique se encuentra bloqueado. A borde de la “Oroya” viaja Prado. Quien iba a dirigir desde Arica la campaña del Ejército aliado. El objetivo naval es romper el bloqueo. El 21 de Mayo Grau hunde a la Esmeralda. Lo que viene luego es una “campaña de Guerrillas “ en el mar. El 25 detiene al pailebot “Recuperado” en Iquique, recupera la goleta “Clorinda”. El 27 rastrea y corta el cable submarino que comunica a Antofagasta con Valparaíso. El 28 recupera la goleta “Coqueta”. El 29 se encuentra con el “Blanco Encalada” y la corbeta “Magallanes”.
El escurridizo monitor se había convertido en una leyenda. Para colmo la pequeña cañonera “Pilcomayo” había hundido al buque “Matilda”. El 8 de Julio Grau es recibido en Arica jubilosamente. El 25 de julio captura al “Rímac” un transporte chileno. El hecho provocó reacciones contra el gobierno en Santiago. El 28 de agosto está en Antofagasta con la intención de cortar el cable submarino encontrándose con las corbetas “Abtao” y “Magallanes” a las que dejó averiadas. Grau se había convertido por su audacia, su generosidad y valentía en una leyenda.
El 18 de septiembre Grau se encuentra en Arica preparando una nueva expedición y pide se le proporcione vestuario para la tripulación y municiones para los cañones. Ametralladores y fusiles. El 23 parte para Ilo convoyando al Chalaco. El 24 retorna al sur en la misma misión. El “Chalaco” conducía tropa para reforzar la guarnición de Iquique en donde arriban el 28. El 30 de septiembre Grau remite el último parte desde el “Huáscar” al Comandante General de la Marina. Se trata de un pedido de bombas para los cañones del monitor.
El monitor tiene los fondos recubiertos de crustáceos y algas pero se encuentra cumpliendo su misión. Un nuevo recorrido por el sur, entre Tocopilla y Coquimbo. El Director de Guerra ha dispuesto que el monitor “Huáscar”, la corbeta “Unión” y el transporte “Rímac” salgan en convoy bajo las órdenes del Contralmirante Grau. El objetivo hostilizar cuidando de no enfrentarse a los blindados chilenos para evitar que el “Huáscar”, único buque de poder que dispone el Perú no perezca.
El 30 de septiembre a las 4 de la mañana zarparon de Arica el “Huáscar”, “La Unión” y el “Rímac” rumbo a Iquique. Este mismo día Galvarino Riveros, Comandante de la flota chilena ha decidido atrapar al “Huáscar” por lo que reúne la flota en la bahía de Mejillones con el propósito de doblegar el poderío naval del Perú. El gobierno chileno al borde de la exasperación ordena que se persiga al “Huáscar” y con este propósito se presente en Arica. Por este motivo el 5 de octubre en la mañana la Escuadra chilena conformada por el “Blanco Encalada”, el “Cochrane” y el “O`Higgins”y la “Covadonga” y dos transportes aparecen en Arica. El “Huáscar” no se encuentra en el puerto pues ha salido al sur.
El “Pilcomayo” un buque de madera que comanda el Capitán de Fragata Carlos Ferreyros leva anclas en seguimiento de la escuadra chilena. A seis millas del puerto y a 3,000 yardas de distancia abre fuego sobre la corbeta “O`Higgins” y con certeros disparos desmonta el cañón y causa doce bajas. La Pilcomayo sólo tuvo dos bajas.
El “Huáscar” ajeno a la concentración de fuerzas zarpó de Iquique el 1 de Octubre acompañado de la Unión. El 4 interceptan a la goleta chilena Coquimbo cargada de harinas pero que indebidamente enarbola la bandera inglesa. Remitida la goleta al Callao prosiguen su desplazamiento al sur hasta Coquimbo el día 5. En un rapto de audacia el “Huáscar” y la Unión prosiguen hacia el sur hasta la caleta Tongoy. Están a pocas horas de Valparaíso. La escuadra chilena ha abandonado el bloqueo de Iquique porque han iniciado el acecho del “Huáscar”. El 6 y el 7 el “Huáscar” y la Unión se dirigen hacia el norte .
El monitor experimenta averías que lo obligan a detenerse para resolver los desperfectos en altamar. Al empezar el día 8 llegan a Antofagasta. A la 1 de la mañana el “Huáscar” recorre silenciosamente la bahía con la esperanza de encontrar alguna nave enemiga, la “Unión” hacia guardia desde afuera. A las 3 abandona el puerto para reencontrase con la “Unión”. A poco se divisan tres humos en sentido contrario lo que les obliga a cambiar de rumbo, primero al oeste luego al norte, separándose de la costa y de los enemigos.
Los barcos avistados son el acorazado “Blanco Encalada”, la “Covadonga” y el “Matías Cousiño” de la primera División Naval de Chile. La persecución se inicia. Al cabo de tres horas las naves chilenas no provocan temor. A las 7.15 de la mañana aparecen tres humos en el horizonte por el Noroeste. Es la segunda División Naval chilena formada por el acorazado “Cochrane” y las corbetas “O”Higgins” y “Loa” que se dirigen rectamente a la proa del “Huáscar”. La situación es difícil Grau desee la torre ordena rumbo al oeste primero y norte después para rebasar la punta de Angamos el “Huáscar” no da más de 10 millas el “Cochrane” con fondos limpios supera al monitor.
La primera división no preocupa porque está lejos. La segunda División se despliega en abanico sobre la punta de Angamos. La Unión logra evadir a la escuadra enemiga salvando a un buque que no hubiese podido enfrentar a los acorazados chilenos.
Mientras tanto el “Huáscar” toma el rumbo de la costa y se dispone a combatir. El combate es inevitable. Afirma el pabellón y abre fuego sobre el “Cochrane”. A las 9 de la mañana el “Huáscar” se bate con coraje contra los acorazados chilenos. Los proyectiles del “Huáscar” no pueden atravesar el blindaje de los acorazados chilenos. Grau lo sabe pero no dejar de disputar con fiereza. Al primer cañonazo contra el “Cochrane” siguen otros. El monitor rebasa ya la bahía de Mejillones en la punta de Tames en recta dirección hacia Cobija, al Norte de Angamos, cuando es alcanzado por el “Cochrane” que lo ataca por la popa a doscientos metros de distancia para evitar el espolón del monitor.
A las 9.50 una granada Palliser del “Cochrane” impacta en la torre de comando demoliendo la blindada torre de mando desintegrando el cuerpo de Almirante. El cuerpo del Contralmirante voló por los aires de quien sólo quedaron los dientes incrustados en las paredes de hierro y algunos restos óseos, no todos ellos identificables. Era una inmensa llaga negra sobre el puente. Grau había emprendido su viaje hacia la inmortalidad, para ser grande entre los grandes.
Sólo en el océano Aguirre comandando el buque. Doscientos tripulantes. Mandingas crecidos en el Callao, oscuros sechuranos, mangaches criados en Paita, cholos macizos del Batallón Ayacucho, también ingleses y norteamericanos de cabezas amarillas y rostros color jamón, artilleros griegos, Mozos de París, filipinos de corta estatura, un batallón políglota cierra filas bajo las planchas de hierro.
Fue un combate cruento. Carvajal recibió impactos en la cara. A Palacios un trozo de hierro le desarticuló la mandíbula inferior la que tuvo que sujetar con un pañuelo para seguir combatiendo. Santillana perdió el conocimiento a consecuencia de un impacto en la sien izquierda y en el pulmón. Cortada la driza que sostenía el pabellón ordenó Aguirre izar el pabellón para lo que se ofreció el artillero Francisco Maze de nacionalidad francesa, Una voz al unísono se escuchaba : “ Nadie se rinde en este buque” Pese a que la nave se encontraba sin gobierno las máquinas continuaban funcionando. El monitor se encontraba entre los fuegos del “Cochrane“ y el “Blanco Encalada”. La torre de combate del “Huáscar” estaba imposibilitada de girar y el único cañón se encontraba a la buena de Dios.
En estas circunstancias un proyectil que impactó en la torre mató instantáneamente a Aguirre y a Rodríguez. La cubierta se encontraba llena de muertos con un olor penetrante de pólvora. El Alférez Herrera colocaba aparejos para recuperar el gobierno de la nave. Palacios y Santillana retornaron tercamente al combate. En breve Junta de Oficiales presidida por Garezón se acordó hundir el buque antes de que fuera presa del enemigo. A las once de la mañana del 8 de octubre todo era escombros. El “Huáscar” no se rindió, el pabellón que con arrojo Grau y sus hombres habían defendido fue arrojado al mar envolviendo una bala de 40 libras. Al ser capturado el ”Huáscar” estaba cubierto con más de tres pies de agua en la sentina superior. No es acaso esta una página de imperecedera gloria.
En Piura, refiere Enrique López llegó equivocada la noticia del triunfo del Huáscar sobre los chilenos, La noticia causa conmoción porque la victoria piurana de Grau es victoria patria. Todo Piura sale a celebrarlo. Entonces la mujeres de Piura bandera en mano y presididas por la Cuyusca a la que seguían los colegiales repetía a viva voz: ¡Viva el Perú! ¡ Muera Chile!. La antítesis de la alegría vino al día siguiente cuando se rectifica la noticia erradamente dada. Refiere López Albújar:
“Cuando entre yo, ya en el patio del colegio habían muchos alumnos. Todos estudiaban llenos de recogimiento y con los semblantes tristones. Casi ninguno levantó la cabeza para verme. -!Buenos días señor!- -le dije a uno de los bedeles. No se dignó contestarme. Estaba estufado y farfullaba gangosamente, con el libro a la altura de los ojos. Después de colgar el sombrero en la percha, abrí un libro y aparenté estudiar, pues la curiosidad de por saber la causa de la tristeza me tenía desosegado. Al primero que le pregunte me lo dijo por lo bajo: ¿Cómo, que no sabes lo que pasa?. ¡Hemos perdido!. ¡Los chilenos han echado el Huáscar a pique!.”
El historiador chileno Benjamín Vicuña Mackenna, el 8 de Octubre de 1879 escribió lo siguiente: “Ignoramos en los momentos en que escribimos los detalles de su fin. Pero, Miguel Grau el vencedor de Arturo Prats, el que lloró su muerte y recogió sus prendas con piadosa ternura sus prendas de amor, no puede haber sucumbido sino como mueren los bravos: al pie del cañón.”
¡Grau nuestro alabado sea eternamente tu nombre!. No profanen tu memoria los jactanciosos que se aupan pretendiendo la heredad de tu gloria. Ni los saltimbanquis de los circos pervertidos del patriotismo de plazuela. Tú que inspiras a nuestros escolares con la epopeya emocionante de tus hazañas, tu que enciendes las hogueras del fervor y la esperanza enséñanos el abecedario de la consecuencia para recordárselo a nuestros gobernantes.
Tú que hiciste de tu vida la entrega y el valor en cada gesto muéstranos el Perú de tus sueños. Que tu ejemplo se expanda en las memorias de los hombres y mujeres de este Perú agradecido que en un rito de amor corona tus sienes de grandeza. Grau esencial, materia y forma de le heroica huella. Grau en acto y potencia, facultad purificadora de la vileza. Grau lógica y pensamiento, raíz cuadrada del sacrificio y fórmula matemática del deber cumplido. Grau nuestro catecismo de civismo para conjurar la anemia de valores que consume a nuestro pueblo. Grau de genética genial para olvidar los meandros caprichosos del destino sin perder la sustancia del amor que se desprende de las entrañas de la madre inmortal.
Grau esencia del Perú y del Perú la esencia. ¡Grau como el mar de Valencia!. Grau verbo, acción y pensamiento. Grau verso épico esplendor de la grandeza. Grau clarín del deber que nos recuerda la obligación elemental para con la patria. ¡Grau Seminario de Piura!. Grau, pendón elevado en el mástil de los corazones que deletrean invictas las cuatro letras de tu inmarcesible gloria: Grau.
Grau en tiempo presente agitador de las conciencias. Grau universidad de todos los deberes, catedrático de amor por el Perú para todos los peruanos. Grau, fórmula de bondad para todos los humanos. Ideal de calidad para todos los empresarios. Grau mandamiento de probidad para todos los legisladores, modelo que imitar para todos los peruanos. Maestro del Perú si te consume el desanimo y la desesperanza ahí tienes en Grau el combustible de mayores bríos y de entrega.
Grau, es la brújula que señala el norte a todos los peruanos. Grau es también un desafío para todos los piuranos. Mirándonos en el espejo de su vida podemos construir las coordenadas de la patria chica que progresa atendiendo con prioridad a la niñez que un mejor trato espera. Grau, teniendo sustancia humana nos enseñó con la integridad de su vida una lección inconmensurable de grandeza. Miguel Grau nuestro síntesis genial de la patria. Miguel Grau nuestro que estás en la gloria, nunca olvidado sea tu nombre. Venga a nosotros siempre tu ejemplo y consecuencia. Hágase siempre tu patriótica voluntad por la grandeza de la patria.
diciembre 13, 2011 at 7:08 pm
MIS LIBROS DE TODOS LOS TIEMPOS
Por: Miguel Godos Curay
A los niños de mi tiempo había dos acontecimientos que les fascinaban de sobremanera uno era el cine y otro las coloridas historietas mexicanas de editorial Novaro que llegaban semanalmente a los kióskos en donde el alquiler de revistas era una negocio próspero. La editorial mexicana fue fundada por Luis Novaro en 1950 y desapareció con el terremoto que asoló México en
De los personajes de la Warner Bros. incluía en su repertorio a » El Conejo de la Suerte», «Porky y sus amigos», » El Correcaminos», «Elmer Gruñón», «Tuco y Tico» , «Las Urracas Parlanchinas» y «Piolín y Silvestre». Del sello King Features destacan » Félix el Gato», «Popeye el Marino», «Lorenzo y Pepita»,»Flash Gordon». Otras series que recogían personajes publicados por Dell Comics, Harvey y Gold Key incluían a «Tom y Jerry», » La Pequeña Lulú», «Periquita», «La Pantera Rosa», «El Superratón», «La Zorra y el Cuervo», «Sal y Pimienta», «Turok», «Tarzán de los Monos», » El Llanero Solitario», «El Pájaro Loco» y «Daniel el Travieso». De la pluma de Walter Lantz: «El Pájaro Loco» y «Andy Panda». Otras series eran: «Gene Autry», «Red Ryder», «Tomahawk», «Korak» (el hijo de Tarzán) y » Roy Rogers».
Había decenas de niños y jóvenes leyendo. Otros deletreaban. He visto con placer a muchos estibadores porteños que no sabían leer aprender a leer con estas ediciones populares que eran una verdadera gimnasia preparatoria para lecturas mayores. Aún recuerdo que cuando una devocional vela redujo a cenizas la alcoba de la abuela de Dioscórides Castillo. La primera preocupación fue el rescate de los cientos de comics que coleccionaba puntualmente y cada semana nuestro ávido amigo lector. Las cajas fueron conducidas como preciadas reliquias entre los curiosos apiñados en la calle Junín. En esta cortedad nos resultaba inexplicable entender el mundo sin estas historietas que nos abrían los ojos a mundos inexplorados, mágicos y maravillosos.
Uno de los libros que me conmovió fue el “Marcelino Pan y Vino” de José María Sánchez Silva y otros de sus deliciosos relatos que hablaban del amor de una sirena y un pescador. Creo que el cuento se llamaba “Pesinoe” y otro consagrado a la exaltación de la primavera nos emocionaron vivamente. La historia que refería al tonto del pueblo preguntando en que momento llegaba la hermosa primavera. Este hombre con la información que le dieron salió en su busca y en efecto la encontró prueba de ello eran sus ojos verdes que causaron la admiración en el pueblo. En cierta ocasión recaló por Paita un trotamundos desconocido. Por el acento de su modo de hablar supusimos que era “chileno”. Y así lo llamamos los colegiales. En cierta ocasión la policía lo detuvo por su irregular presencia migratoria y fue llevado preso. El sujeto estaba al borde de las lágrimas, Al mirarnos descubrimos que tenía los ojos verdes. Uno de nuestros compañeros de clase dijo: “El chileno vio a la primavera”.
Después vinieron las novelas ejemplares de Cervantes y el insuperable Don Quijote. En cierta ocasión calló a mis manos un libro rescatado entre los escombros de una de las derruidas casas del barrio de La Punta de Paita. Era un ejemplar de El Periquillo Sarniento de José Joaquín Fernández de Lizardi, periodista mexicano considerado por Alfonso reyes “padre de la novelista hispanoamericana”. Los textos del Periquillo eran sumamente divertidos sobretodo los capítulos que hablan de su experiencia escolar. En donde la palmeta suministrada sin indulgencia mantenía la disciplina en la escuela. A nosotros nos pasaba lo mismo. Y también como los romanos, mexicanos y peruanos nos conocíamos por sobrenombres y nuestros defectos corporales. En el aula no faltaba un verdadero concierto de apodos. Al la lista ceremonial del maestro o la maestra se sumaba la de los alumnos con sonoros y divertidos sobrenombres. A un compañero de clases al que le cayó una certera pedrada en la ceja le llamaron de por vida “cacho mocho” , gato, perro, pato, culebra.
El “Periquillo Sarniento” era una copia fotostática de nuestra escuela. De este libro salieron adjetivos descomunales a algunos profesores como por ejemplo “sátrapa infernal”. Las fórmulas de tortura escolar eran idénticas palmetas, alambres, orejas de burro, garbanzos para doblegar rodillas eran parte de la parafernalia escolar.
Junto a las historietas hubo un efluvio de estimulantes libros para una lectura placentera. Fueron los libritos pasta azul de Editorial PEISA y los impecablemente bien encuadernados de Editorial Salvat. De estas dos series los leí todos lo que más tarde me dio un cartel de lector consumado en la universidad. Me impresionó Ciro Alegría. Y ni admiración por Ricardo Palma creció con un ejemplar de sus “Tradiciones Peruanas” editado por Aguilar que llegó a mis manos
El cine era una pasión irreductible. Los westerns y esas películas que colocaban en la punta de la nariz a los héroes de la epopeya homérica resultaban deslumbrantes. De ahí nació el interés adolescente por Odiseo y la Guerra de Troya. El cine francés también añadió una cuota de madurez a las lecturas posteriores. Una película en blanco y negro inspirada Madame Bovary desató una lectura apasionada en la secundaria de Flaubert. En Paita la energía llegaba a los hogares con puntualidad a las 6 de la tarde por lo que aprovechar la luz del día era una práctica cotidiana. Quien pasar después de las 10.00 de la noche y avanzada por el malecón podría observar con lamparín de foco a doña Ventura Artadi Vásquez. La propietaria de la Planta Eléctrica de Paita y una lectora insobornable. Nunca dejó de leer. Asociaba su hábito a la disponibilidad de energía para que los estudiantes porteños aprovecharan mejor su tiempo.
Paita, siendo un puerto diminuto tenía bibliotecas admirables. Una de ellas fue la de los Ginocchio una familia de humanistas empedernidos. Don Julio César Ginocchio Feijó era un hombre conectado a la cultura universal. Escribía con prosa colorida crónicas desde Paita que firmaba con el seudónimo de Rinaldo Prati en las páginas de La Industria. El intenso trajín portuario de Paita hizo que por su bahía recalaran Pablo Neruda y Gabriela Mistral. Rinaldo Prati logró entrevistar a Gabriela. Don Luis Ginocchio era un humanista con una genuina devoción por los libros. Coleccionaba ejemplares de inimaginables ediciones de “La Divina Comedia” de Dante Alighieri. Tenía una sensibilidad profunda por la pintura y el arte. Un ejemplar de la “Divina Comedia” ilustrada en italiano que representaba las dimensiones del purgatorio y el infierno conseguido en Paita nos recuerda las conexiones entre Paita y el mundo comunicado a través de vapores que surcaban los siete mares. Libros, llegaban a Paita junto al tabaco y wisky de contrabando. Algunos circulaban entre lectores ávidos y otros se quedaban en Paita.
Otra de las bibliotecas fue la de los Castillo. De esta patriarcal familia surgió Luciano Castillo Colonna el fundador del Partido Socialista del Perú. Ahí nació un núcleo de maestras y maestros como doña Emma, doña Violeta, doña Elena, don Carlos, don Héctor, la congresista Fabiola Morales Castillo hija de doña Emma y el propio Dioscórides y esa tradición no se pierde hasta hoy. Los Castillo leían y enseñaban a leer. Cuando la señorita Violeta narraba los epónimos pasajes del Combate Naval de Angamos los alumnos se emocionaban patrióticamente hasta las lágrimas.
La Biblioteca Municipal de Paita, pequeña pero bien atendida fue un centro de irradiación de cultura. Era una biblioteca de puertas abiertas en donde se abría espacios para los niños. Se nos permitía escoger los libros que queríamos leer. Ahí descubrimos “El Tesoro de la Juventud” con sus bien ilustradas páginas. Ejemplares de novelas de Salgari, Verne, Dickens, Twain. Ahí pusieron en mis manos hasta los libros de Cabildo de Paita en los que se consignaba el acta de la Independencia de Paita un 14 de enero de 1821. En los folios había también una Carta del Almirante Grau. Todo ello en manos de un lector de once años ante el que se apilaban libros durante los veranos de vacaciones.
En la Biblioteca de la Universidad de Piura encontré los libros que quería leer. Realicé un itinerario obligado por los seis volúmenes del Festival del Libro Piurano, por las “Tradiciones de Piura” de Carlos Camino Calderón, por el “Romancero Piurano de Teodoro Garcés Negrón. Por “Hombres de Caminos” de Miguel Gutiérrez y “Para Vencer a la Muerte” de Anne Marie Hocquenghem. Leí a López Albújar y a Mario Vargas Llosa. A Cronwell Jara y a Carlos Espinoza León cuyos relatos compile y puse el nombre de “El Canto del Chilalo”. Todo ello tiene que ver con Piura, con su cultura viva y con ese esfuerzo por preservar la identidad, la tradición y la historia.
Confieso que he leído. Como señala Lizardi: “De escritor el oficio desempeña quien divierte al lector y quien lo enseña”. La lectura abre las mentes. Consuela a los tristes. Incendia pasiones. Aviva el entendimiento. Es fermento de libertad porque el que piensa emprende vuelo con su imaginación. Los hombres que leen no soportan las ataduras desventuradas de la ignorancia y son libres. Un pueblo que lee es un pueblo que madura la calidad de sus
diciembre 13, 2011 at 7:13 pm
SOBRE REBUZNOS Y JUMENTOS
Por: Miguel Godos Curay
No hay en Piura personaje más olvidado que el burro. Nuestros desmemoriados historiadores no recuerdan que sus piaras iniciaron con vigor en la naciente Piura la colonización. Fue la fuerza de estos animales la que en los albores de Piura “la vieja” condujo horcones de algarrobo, la escasa piedra del piedemonte, para la construcción de las viviendas. El burro fue aguatero, chacarero y hasta sepulturero durante las algazaras sangrientas de las guerras civiles. Si del caballo al trotar con agilidad por los arenales calenturientos surgió el caballo de paso. Los asnos mostraron su resistencia para el trabajo duro. Y los de Piura adquirieron fama local como “piajenos” derivación de “pie ajeno” el “pie del otro.
Según López Albújar el burro “… ha sido y sigue siendo en esta ciudad (Piura) un valioso instrumento de transporte. Sirve para desempeñar ahí la función que en la sierra desempeña el indio y en la costa, la carreta.” El paisaje piurano poblado de piaras de burros muestra al inicio de la república el vigor de una intensa actividad económica en donde los cargadores movilizan el panllevar, las botijas de chicha y las cargas de algodón de las haciendas.
Anota López Albújar: “El burro para un trabajador de éstos es, más que un compañero de labor, un principio de bienestar hogareño, una máquina sobre cuya fuerza descansa todo el porvenir de una prole; máquina para cuyo funcionamiento basta un poco de algarroba y una media vara de palo”
En la literatura universal el asno es un personaje con espacio propio. Platero es un burro y mejor compañero creado por Juan Ramón Jiménez (1881-1958). “Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.” Mientras Platero provocaba lágrimas y sus piros. Cadichón es un asno sabio que en “Memorias de un Asno” narra sus vivencias. La autora Condesa de Segur advierte.”…los asnos y asnitos, hemos sido y somos injustamente tratados por los hombres.” En sus reflexiones Cadichón puntualiza que: “Un asno, como un perro, un gato o cualquier otro animal, puede ser feliz o desgraciado, a voluntad de sus amos. Puede ser bueno o malo según el trato que reciba.”
En la casa de un zambo pobre de Yapatera. Un burro es como un Volkswagen. En su lomo se conduce toda la familia. Hoy al filo de la carretera asfaltada es remplazado por la bicicleta porque a decir de los coloridos ciclistas. “La “bicla” no necesita pasto”. Sin embargo, aún es posible escuchar con el cantarín acento alto piurano decir. “Tuavía no ha llegao la burra de mi amá”. “De juro que se ha demorao el burro de mi apá pastando algarroba”. Lo cierto es que nuestro imbatible piajeno ya no es un personaje dominante en el paisaje. Hoy, abigeos y cuatreros los persiguen para venderlos por cincuenta soles a los traficantes de carne industrial para las embutidoras de Trujillo. Ahí tras un criminal martirio nuestros burros son convertidos en salchichas y jamonada. Los mataburros locales son proveedores de las bulliciosas parrilladas tan extendidas en los sectores populosos de Piura. Un negocio próspero en Piura es la de los proveedores de música ruidosa insoportable y económicas parrillas de burro. A la carta.
Desde sus inicios nuestro piajeno fue el transporte de los pobres. Por eso el viejo tondero decía: “Montado en mi burrito / voy del norte a la capital…” Y entre los cholones y futbolistas fornidos decían nuestros abuelos que fueron destetados con leche de burra negra. El burro tiene una fortaleza extraordinaria. Los alfareros simbilás los utilizaban para llevar sus botijas, cántaros y cantarillas a la sierra de Morropón y Huancabamba. Entonces trocaban sus piezas coloreadas con almagre con almudes de maíz amarillo para elaborar la chicha. La carga era conducida en una verdadera procesión por los caminos de la sierra a la costa.
Cuando era una incipiente actividad la explotación petrolera, en el siglo XIX, y no se habían inventado las cisternas. Piaras numerosas de burros transportaban en barricas el petróleo crudo hacia las refinerías. Por eso en los tablazos se llama “burritos de petróleo” a las bombas que succionan el crudo de las entrañas de la tierra. Los burros eran una eficiente herramienta contra los percances de los viajeros pues nunca se perdían en los culebreros y escarpados caminos entre los arenales y la cordillera. Incluso, con prodigiosa memoria, encontraban la ruta más corta entre dos puntos, refieren los cronistas. Fue aquí donde surgió la peregrina idea que en Piura cuando se busca hacer una carretera no se buscaba a un alcalde, a un Diputado o a un ingeniero sino a un burro por la prontitud e inteligencia con la que encuentra y se orienta en los perdidos senderos.
Los burros encontraron en las doradas algarrobas del arenal piurano nutritivo alimento y su reproducción al igual que la de la cabra se convirtió en una tarea cuidadosa. La cabra -a la que López Albújar llamó “la vaca del pobre”- resultó adecuada para alimentar de modo delicioso a los montubios y expansivos piuranos de la yunga. En Piura un “seco de cabrito” es una bendición de Dios. Un piqueo de cecina con chifles y cancha ayuda a abreviar el hambre. La cecina picante despierta la sed que se sólo se alivia con la chicha. La lecha de cabra cuya constitución química es similar a la de la leche materna. Es hipoalergénica y altamente nutritiva. Un litro de leche de cabra le gana por goleada a similar dotación de “leche de tarro” o “leche en polvo” tan de moda. Y ni hablar del queso, la natilla, los quesillos y el yogurt elaborado con su leche. Son una delicia
El burro puede llamarse asno, bestia de carga, borrico, bruto, borriquete(a), onagro, jumento, pollino, rucio, zopenco (Colombia). Ha sido convertido por nuestra ingratitud en un personaje en la sombra. Pues aún no reconocemos su valiosa contribución cívica a la formación de la ciudad y la piuranidad. No en vano el poeta Teodoro Garcés Negrón lo ha incluido en el Escudo Republicano de Piura en donde al lado de un montonero de la estirpe de los Seminario y un algarrobo simboliza Piura.
El único homenaje que recibió en Piura fue el de Juan Ricardo Olaechea en la desaparecida Quinta Julia. Otro fue el de Luis Córdova Rumiche (Luscor) que aún lo mantiene en pie. Lo cierto es que urge preservarlo y recordarlo. Pues en sus cotidianos recorridos esparce las semillas de las algarrobas que come y no cobra como ONG por reforestar el desierto. Aún recuerdo la incomodidad que provocó en un concurso literario convocado por los jesuitas en donde se otorgó el premio a un cuento en donde el tópico narrativo era el delirante y afiebrado amor del personaje por una burra de propiedad de su vecino a la que espiaba por las rendijas como hermosa hembra. Años más tarde un médico de cuartel me confirmó que el erótico debut de la tropa, en Piura, tenía cuatro letras y cuatro patas.
diciembre 13, 2011 at 7:17 pm EL ESCENARIO ESCOLAR EN LA NARRATIVA DE VARGAS LLOSA Lic. Miguel Godos Curay Universidad Nacional de Piura Universidad Nacional Mayor de San Marcos XVIII Coloquio de Historia de Lima 476 Aniversario de Fundación Española 1535 – 2011 Homenaje a Mario Vargas Llosa, Premio Nóbel de Literatura Miércoles 9 y jueves 10 de febrero de 2011 PIURA Piura, resuma historia. Raúl Porras la llama donosamente <>. Bien merece, por justicia, el privilegio de ser la primera fundación hispánica en el Perú. Aurelio Miro Quesada anota lo siguiente: “San Miguel de Piura tiene una tradición y un abolengo. Fundada por los conquistadores en los primeros días de su ingreso al Perú, su historia, que cubre cuatro siglos, está marcada por la gloria del lustre guerrero y de las artes. Concentrado el prestigio, en solo unos decenios, en la primera parte del siglo pasado, bajo su cielo claro y entre el calor intenso y sostenido de su clima, vio nacer a un pintor como Merino, y a Miguel Grau nuestro héroe más representativo y más señero, y cobijó la infancia de un poeta romántico como Carlos Augusto Salaverry (1830-1891).” Piura, la primogénita de España en el Perú, guarda enormes y entrañables identidades. La historiadora Susana Aldana señala con puntualidad las siguientes: “Miguel Grau es el gran héroe de la guerra y el arquetipo nacional, cuya inmolación sentó las bases del ideal de marino en el Perú y opacó, por ejemplo, la destacada labor del también piurano Lizardo Montero. Pero hay muchas personas más que reflejan el ser piurano en el tiempo, en la región y la Nación. Desde Miguel Gerónimo Seminario y Jaime, prócer de la independencia piurana, pasando por el médico Cayetano Heredia, el político Luis Antonio Eguiguren, el indigenista Hildebrando Castro Pozo, el costumbrista Justino Ramírez, el luchador social Sinforoso Benitez, la poetisa Carlota Ramos de Santolaya, el literato Jorge Moscol Urbina y hasta el banquero Dionisio Romero entre tantos otros.” El periodista e inolvidable profesor del Colegio San Miguel de Piura don Néstor Martos Garrido, refiere las andanzas y mudanzas de Piura en su artículo “La Ciudad Volante”. El primer asiento (1532) corresponde a un sitio sobre la margen derecha del Río Chira que Pizarro llamó San Miguel y que nadie puede precisar ahora. Unos le llaman Tangarará, Tangarara o Tangaralá. Posteriormente en 1534 los pobladores de San Miguel por orden de Almagro se trasladaron al poblado indígena de Piura, en la margen derecha del río del mismo nombre. En 1578 afectados por aires insalubres e infectos se trasladaron al puerto de Paita, llamado San Francisco de Buenaventura, hasta que la ciudad se instaló de manera definitiva en su actual asiento, el que se determinó poblar, por mandato del Virrey Fernando Torres de Portugal Conde del Villar el 15 de agosto de 1588, con el nombre de San Miguel de Villar de Piura. PIURANOS EN LA HISTORIA Piurano fue don Diego de Villegas y Quevedo Vélez de Saavedra (24.VIII.1696-29.X.1751). Villegas y Quevedo fue el primer peruano incorporado a la naciente Academia Española de la Lengua. En la corporación a la que se presentó el 10 de octubre de 1730 con una carta de presentación del sabio Pedro Peralta. Dada su inteligencia y vivo interés por participar en las deliberaciones se resolvió encargarle la décimo quinta letra del Diccionario. Para tan enjundiosa tarea revolvió libros y autores y a fuer de americano incorporó expresiones nuestras como macana, maguey, mamujar, manjar blanco, mate y mazamorra en el lexicón de autoridades. Piurano el pintor Ignacio Merino Muñoz (30.I.1817-17.II.1876) y don Miguel Grau Seminario (27.VII.1834-08.X.1879). Entre las mujeres destaca por su coraje y valentía la encomendera de Colán Paula Piraldo y Herrera de Andrade y Colmenero, viuda del General Juan Andrade y Colmenero Corregidor de Lucanas y de Andamarca, que se enfrentó en 1615 al pirata holandés Jorge Spilberg, contribuyendo a la defensa del puerto de Paita impidiendo que fuera saqueado. Don Luis Antonio de Oviedo y Herrera Conde de la Granja le dedica épicos versos en su Poema a Santa Rosa de Lima: “Sigo al Pyrata de Payta, que me llama Desde Colán su ilustre Encomendera Doña Paula Piraldo, cuya Fama Al puerto preservó de arder Hoguera, En la ocasión y sus elogios clama Con tal ponderación pluma extranjera. Que el Perú defraudara de esta gloria, Si la mía no honrara su Memoria.” Mujer de coraje heredera de las señoras Capullanas que gobernaban los antiguos territorios tallanes y que según Fray Reginaldo de Lizarraga tenían efectivo poder. Dice el cronista: :“…las mujeres a quien los nuestros llaman capullanas, por el vestido que traen y traían a manera de capuces, con que se cubren desde la garganta a los pies, y el día de hoy casi en todos los llanos usan las indias este vestido; una se ciñen por la cintura, otras le traen en bandas. Estas capullanas, que eran las señoras en su infidelidad, se casaban como querían, porque en no contentándolas el marido, le desechaban y casábanse con otro. El día de la boda, el marido escogido se sentaba junto a la señora y se hacía gran fiesta de borrachera; el desechado se hallaba allí, pero arrinconado, sentado en el suelo, llorando su desventura sin que nadie le diese una sed de agua. Los novios con grande alegría cabiendo burla del pobre”. LOS PIURANOS DE ADOPCION Piura es causa de desgarradores sentimientos y entrañables emociones. Para el escritor chiclayano y piurano de adopción don Enrique López Albújar es un jalón profundo del alma. En Tacna, lejos de Piura al extremo sur del Perú escribió estos versos evocadores: “Anoche estuve en Piura,/ anoche, a media noche, por ventura,/ ansiosos de mirarle, reandarla, sentirla / y aspirar su terrígena fragancia/ para, como el gigante mitológico,/recuperar mis fuerzas y pisarla.” . Piura ejercita una gran fascinación en quienes se sumergen en su vida y en su historia. Este sentimiento no sólo aflora en López Albújar sino también en Vargas Llosa. Carlos Robles Rázuri, en un artículo premonitorio, publicado en El Tiempo el viernes 29 de septiembre de 1976 intitulado “Piura en el corazón de Vargas Llosa” abordará esta humana impresión: “Con Vargas Llosa se repite lo que pasó a Salaverry y a López Albújar. Su genio los hizo hijos del gran mundo de las letras, pero ellos, por voluntad, libremente, se dijeron se sintieron piuranos. Salaverry -a decir de sus íntimos de los viejos piuranos- nunca pudo olvidar el vientre que lo tuvo ni la tierra que lo alumbró siempre reafirmó su origen; López Albújar, por accidente, nació en Lambayeque, pero desde niño, sintió y vivió a Piura en su pujanza de tierra y en la guapeza, desengaños y romances de sus gentes, y lo sintió tanto y tanto que al morir, en su testamento literario ordenó que se trajera su corazón para enterrarlo acá; Vargas Llosa nació allende nuestras fronteras, quiere por supuesto su solar nativo, pero su amor está en Piura, la Piura de Tacalá, de la Casa Verde, del Padre Santos García, del Auxiliar de Educación Gallardo, de sus más fieles y nobles amigos, de sus profesores, de sus mujeres que prendieron sus primeras ilusiones, de las auroras que encienden el firmamento de rosa y de los crepúsculos que prenden fuegos artificiales de colores únicos y, sobre todo, de sus hombres y mujeres que saben amar y saben odiar, que nunca se doblegan ante la adversidad y que tienen la hidalguía y la generosidad de un Grau para reconocer y valorar a las gentes y para tenderles la mano y darles su amistad sincera tanto en la hora del éxito como en la de la adversidad.” LA GEA DE PIURA Piura geográficamente es impresionante. Tierra luminosa de arenas calcinantes. Sus entrañas ocultan un desconocido pasado prehistórico y abundante riqueza mineral, petróleo y gas. En sus variados climas se mezclan la brisa fresca y el reverberante calor en las dunas extensas que cierran el paso al río Piura. Litoral de aguas templadas frente a Máncora y frías frente a Paita y Sechura donde las olas del mar esculpen con su vaivén el litoral y lo erizan como filudos cuchillos que penetran en el vientre del océano. Pero Piura es también sierra en Morropón, Ayabaca y Huancabamba. Entre el océano y la cordillera se extiende un piedemonte de 200 kilómetros regado por lluvias intermitentes durante los veranos fertilizando los valles, resecos, durante los otros meses del año. La sierra piurana es la más baja del Perú pues no alcanza los 4000 mil metros de altura. El desierto representa una franja de 300 kilómetros poblada por zarzas y algarrobos resecos en cuyas profundidades se guardan probadas reservas de crudo y gas. “Dos ríos, el Chira y el Piura, desembocan en el océano formando los grandes valles costeños del departamento. Al norte, el río Chira transporta el agua de la cordillera, entre Loja y Ayabaca, que vierte en un estrecho y profundo lecho. Al sur, el río Piura recoge el agua del piedemonte andino, bordeando el despoblado, zona de ganadería con población dispersa, y el desierto de Sechura y se pierde en un amplio lecho” EL TIEMPO Y LA PAZ DEL ARENAL El tiempo transcurre en Piura marcado por el movimiento del sol. Los campesinos inician sus labores entradas las cuatro de la mañana con la fresca. Cuando aparecen los primeros rayos del sol la tarea está avanzada porque el calor hace insoportable la jornada. Entonces los campesinos se refrescan con limetas de chicha y viandas de yucas, plátano y carne seca. El piurano aprecia el pescado. En el fogón de los campesinos pobres menudean cachemas y caballas recubiertas de cebollas, ají y jugo de limón. Cachemas y caballas son ideales para el cebiche y las jaleas son parte de los piqueos. Los chabelos y secos de carne de cabrito. Son también bocado abundante y delicioso. En Piura no hay institución más democrática que el chicherío. Ahí convergen atraídos por el aroma de la cocina los que tienen y los que subsisten a la de Dios. Pese a que las grades familias de hacendados introdujeron y conservaron modos y costumbres europeos. Más de un hacendado sucumbió a las delicias de una buena cocinera. Cocineras y chicheríos son parte de la añeja tradición piurana. El piurano del mundo rural cuando concierta una cita no fija hora. Los matices de su puntualidad son “la mañana” o “la mañanita”, “la tarde” o “la tardecita”, “la noche” o “la nochecita”. En esencia son impuntuales. Tras el terremoto del 24 de julio de 1912 los piuranos rehicieron su cronología. Antes o después del terremoto del año 12. Aunque el movimiento duró 40 segundos hizo movilizar a la población a plazas y calles. El Comercio de Lima, a dos días del suceso. Informó la siguiente: “Los daños materiales fueron totales, las pocas edificaciones que quedaron en pie, día a día aumentaban el riesgo de desplomarse. A consecuencia del terremoto. Las escuelas Fiscales. La escuela de Lourdes de las Hermanas de la Caridad y la Escuela Salesiana quedaron seriamente dañadas, mientras que el Colegio Nacional de San Miguel, debería levantarse nuevamente desde sus cimientos. Los terremotos de 1587,1619, 1814 y 1845 de los que se tenía noticia no tenían comparación con el ocurrido en 1912. ” EL RIO PIURA ESCENARIO INFANTIL Federico Helguero Seminario (26.VII.1884-31.V.1930) recuerda como eran los tradicionales juegos de la niñez piurana a inmediaciones del Río Piura allá por 1910. “Otra de nuestras diversiones favoritas, eran las “guerras” a pedrada limpia, entre dos bandos de mataperros, uno arriba, en el barranco, y otro en la playa el río. Recuerdo que cierta vez formé parte del que dirigía el Capi Vargas. En lo más reñido del combate, recibió una herida en la choquezuela que me hizo ver el firmamento; pero -¡0h,humana maldad-¡ mis dolores tuvieron lenitivo, cuando arrastrado por el Capi –pues íbamos en derrota- ví que uno de los contrarios. Don Anselmo, a quien una peladilla hiciera blanco en la barba, mezclaba sus lágrimas con la sangre que manaba de la herida.” La playa del Río Piura será, años después, el escenario de Los Jefes de Vargas Llosa. El Río Piura es todo un personaje en el imaginario infantil piurano. En sus playas arenosas se producen esos combates que ponen a prueba la virilidad. Ahí también transcurren las tardes de fútbol de los peloteros de los barrios norte y sur. Cuando bajan las aguas de las crecientes los churres disfrutan de refrescantes baños. Algunos perecen ahogados y la búsqueda del cuerpo del infortunado es un rito en el que se emplea una lapa que gira velozmente en los remolinos. Sobre ella se coloca alguna prenda personal del ahogadito. En donde se detiene el mate flotante es el lugar exacto en el que se encuentra el cuerpo de la inocente víctima del Río Piura. “Río Piura veleidoso como tus chinas” escribe Miguel Correa Suárez compositor cataquense. “Río Loco” lo llama el geógrafo Gonzalo Reparaz Ruiz. El Río Piura también impresionó a Vargas Llosa. Testigo de su languidez de muerte y de las repentinas crecientes con banda de músicos y chirimías en el Puente viejo. PIURA Y EL DESCUBRIMIENTO DEL MUNDO Tal como lo ha indicado el propio Vargas Llosa en Piura transcurrieron de su vida entre 18 a 21 meses. Son dos períodos claramente definidos, en 1946 para concluir la primaria y en 1952 para concluir la media. En la primera etapa llegó al Salesiano, creado en 1906 y en la segunda al Colegio San Miguel. El Salesiano de Piura es un colegio católico y confesional. Conducido por curas italianos y polacos. El San Miguel, por el contrario, es un colegio laico creado en 1784 con el nombre de “El Carmen”. En 1836 cambió de nombre por el de San Miguel que conserva hasta hoy. La escuela juega un rol fundamental en el proceso de socialización de las personas. La familia y la escuela, finalmente, modelan la vida y el futuro. Por eso la influencia escolar piurana en Vargas Llosa es decisiva y crucial. La psicología freudiana en el campo de la educación ha irrumpido con nuevos hallazgos. “Ha hecho nacer la perturbadora comprensión de que las experiencias tenidas en la temprana infancia dejan huellas imborrables en el recuerdo para toda la vida.” De algún modo la escuela para el niño arrastra consigo ajustes y desajustes emocionales. A partir de la experiencia escolar surgen “atmósferas sociales” expresadas en las actitudes y en los hábitos de los estudiantes. Es en este espacio donde brotan la timidez, la ansiedad, el miedo, los berrinches y hasta la protectora beligerancia. Igual sucede con los valores que la escuela fomenta y desarrolla. Conocimiento, valentía, honradez, equidad, el respeto a la ley y a la autoridad constituida. La educación no es definitivamente un adiestramiento mecánico para la vida sino un acondicionamiento moral, emocional e intelectual que modela a los futuros ciudadanos. Como señala Vaneigem: “Ningún niño traspasa el umbral de una escuela sin exponerse al riesgo de perderse; quiero decir de perder esa vida exuberante; ávida de conocimientos y maravillas, que sería tan gozoso potenciar en lugar de esterilizarla y desesperarla bajo el aburrido trabajo del saber abstracto. ¡Que terrible notar esas brillantes miradas a menudo empañadas”. La primera etapa escolar de Vargas Llosa, en Piura, está marcada por el descubrimiento de la sexualidad como una operante continuidad fisiológica que trasciende la fecundidad reproductiva. El deslumbramiento adolescente se asocia a la idealidad de los sentimientos amorosos derrumbados por el ejercicio físico de la sexualidad. En el mundo rural piurano la sexualidad asoma en el apareamiento de los asnos en el campo. En la emergencia abrupta de una sexualidad cuya iniciación es un contacto físico con las bestias (burras y cabras). La realidad es mucho más efectiva que la escuela en este aspecto. Mientras en las aulas los maestros doraban la píldora. En el campo, la fecundidad animal y humana, mostraba indecibles resultados. Este primer contacto con Piura significó también el descubrimiento de la sexualidad y el despertar de la curiosidad adolescente: “Tengo en la memoria como un rompecabezas de ese año piurano que concluiría en el malecón Eguiguren con la revelación sobre mi padre: imágenes inconexas, vívidas y emocionantes. El guardia civil jovencito que cuidaba la puerta falsa de la prefectura y enamoraba a Domitila, una de las muchachas de la casa, cantándole, con voz muy relamida. Muñequita linda, y las excursiones en pandilla por el cauce del río y los arenales de Castilla y Catacaos para observar las prehistóricas iguanas o ver fornicar a los piajenos, escondidos entre los algarrobos. Los baños en la piscina del club Grau, los esfuerzos para entrar a las películas para mayores en el Variedades y el Municipal y las expediciones, que nos llenaban de excitación y de malicia, a aguaitar desde las sombras aquella casa verde, erigida en los descampados que separaban Castilla de Catacaos, sobre la que circulaban mitos pecaminosos. La palabra puta me llenaba de horror y fascinación. Ir a apostarme en los parajes vecinos a aquella construcción, para ver a las mujeres malas que allí vivían y a sus nocturnos visitantes, era una tentación irresistible, a sabiendas que cometería pecado mortal y que tendría luego que ir a confesarlo.” El escritor recordará que en Piura tuvo una alucinada experiencia del descubrimiento sexual: “Yo descubrí el sexo bastante tarde para los que es actualmente, pues entiendo que un niño hoy día descubre lo que es el sexo casi al mismo tiempo que la razón, ¿no? Yo recuerdo, muy bien que fue el año 46, cuando yo estaba en Piura (ciudad del extremo norte del Perú) y tenía diez años cuando me hicieron saber como venían los niños al mundo. Hasta entonces yo tenía una idea vaga. No se si creía todavía que los traían las cigüeñas, pero la idea real yo no la tenía. Eso me asustó, me produjo un gran terror, que tenía mucho que ver con la educación religiosa que yo había recibido. Además pertenecía a una familia muy conservadora, en la que el sexo era algo que no se mencionaba siquiera. Luego, en la adolescencia, a los 13,14 años, cuando ya el sexo empezó a manifestarse en mí, empecé a ir a prostíbulos, que era el ritual acostumbrado para los niños de mi época, me fui familiarizando mucho más con el sexo. Pero todavía sigo pensando que, así como es posible disociar el sexo del amor, el placer del amor, creo que nunca es el placer tan completo, nunca el sexo realmente le produce a uno una sensación de plenitud tal como cuando está acompañado del amor; cuando realmente el sentimiento y el deseo se hacen una sola cosa.” En Vargas Llosa el descubrimiento de la sexualidad está asociado a la comprobación de la presencia real de un padre que creía muerto y al que ve desaparecer en la nebulosa de encontrados recuerdos y sentimientos. “La revelación fue traumática, aunque estoy seguro, esta vez, de haber rumiado en silencio, sin ir a contárselo al tío Lucho, la repugnancia que sentía al imaginar a estos hombres animalizados, con los falos tiesos, montados sobre esas pobres mujeres que debían sufrir sus embestidas.” “Las explicaciones del sacerdote que me confesaba, el único ser al que atreví a consultar sobre este angustioso asunto, no debieron tranquilizarme pues el tema me atormentó días y noches y pasó mucho tiempo antes de que me resignara a aceptar que la vida era así, que hombres y mujeres hacían esas porquerías resumidas en el verbo cachar y que no había otra manera de que continuara la especie humana y de que hubiera podido nacer yo mismo”. En Piura sucedió un acontecimiento inesperado que marcó para siempre la vida del escritor: “Entramos al hotel de Turistas y, apenas cruzamos el umbral, de una salita que se hallaba a mano izquierda se levantó y vino hacia nosotros un hombre vestido con un terno beige y una corbata verde con motas blancas. <>, le oí decir- Se inclinó, me abrazó y me besó. Yo estaba desconcertado y o sabía que hacer. Tenía una sonrisa falsa, congelada en la cara. Mi desconcierto se debía a lo distinto que era este papá de carne y hueso, con canas en las sienes y el cabello tan ralo, del apuesto joven uniformado de marino del retrato que adornaba mi velador. Tenía como el sentimiento de una estafa: este papá no se parecía al que yo creía muerto”. El encuentro con el padre que creía muerto va a convertirse en un recuerdo, asociado a esta etapa aparentemente efímera pero que finalmente resulta inolvidable en Piura: “Hay otro hecho que tiene que ver con mi experiencia, mucho menos literario y mucho más privado y personal, pero que no puede dejar de mencionar porque seguramente es una de las razones por la experiencia piurana ha sido central y neurálgica en mi vida. Aquí, en esta ciudad, una mañana de diciembre, en el viejo malecón Eguiguren que ya no existe,- medio mucho tristeza anoche ir a pasear por el malecón Eguiguren que ya no existe,- me dio mucha tristeza anoche ir a pasear por el malecón mi madre me informó que contrariamente a lo que yo había creído hasta entonces, mi padre no estaba muerto sino vivo y allí , a pocas cuadras de la Prefectura que era donde nosotros vivíamos porque mi abuelito era el prefecto de Piura y estaba esperándome y que yo, unos minutos después lo iba a conocer.” “Yo creo que no ha tenido nunca un experiencia tan cataclísmica desde el punto de vista emocional como recibir esa información. Mi padre, que yo creía muerto, que yo creía en el cielo, al que yo –me cuentan- le rezaba en las noches en realidad era todavía parte de este mundo y que estaba allí y, bueno, mareado todavía con esta tremenda información, fui con mi madre al Hotel de Turistas en la Plaza de Armas y allí apareció ese señor que era mi papá. Mi vida experimentaría a partir de entonces un vuelco terrible; yo creo que fue a partir de esa mañana que comencé la vida adulta.” Piura, está ligada a esta ausencia y presencia, a esta muerte y a esta resurrección del padre ausente. Piura, misma sus tradiciones, su religiosidad juegan con la presencia, la ausencia y la resurrección de Cristo en las festividades tradicionales de la Semana Santa y la cuaresma: “Y como esa experiencia la vivía aquí entre piuranos seguramente ha contagiado de alguna manera el entorno, para que ese entorno se grabara, me marcara, y me acompañara desde entonces como no ha ocurrido con ninguna de las otras ciudades o países donde he tenido la suerte o la desgracia de vivir. Como ven, hay muchas razones para que Piura sea central en mi vida, en mi obra, para que esté tan presente en las cosas que escribo” La escuela permite que los niños aprendan los conceptos sustanciales en los que reposa el sentido común y los conceptos funcionales o relacionales que permiten que el futuro adulto se ubique socialmente. Según Bordieu, el espacio social, es un espacio construido, en donde las distancias espaciales, son distancias sociales diferenciadas y diferenciantes. Bordieu, refuerza esta opinión: “Lo que existe es un espacio social, un espacio de diferencias el cual las clases existen de algún modo en estado virtual, no como algo dado, sino como algo a hacerse”. El proceso de construcción simbólica se concentra ahí. Para los niños la escuela provoca emociones inocultables que permanecen en la memoria como un cúmulo de recuerdos intactos e irreflexivos. Todos estos recuerdos permanecen impermeables a las experiencias que se van sumando a largo del proceso escolar. Las grandes interrogantes de la vida inician un proceso de búsqueda de respuestas, los recuerdos aglutinan todo, los amigos, las aventuras, amores y odios, los propios conflictos. La percepción del mundo desde la escuela es muy intensa y fascinante. El mundo se agosta en una batalla en la que finalmente se descubre el valor de la amistad lejos del núcleo familiar que representa una incorporación hacia el universo de la escuela. Maestros y alumnos son actores de este mundo de conocimientos novedosos y de deslumbramientos. Muchas de las cosas que aprendió en la escuela el adolescente Vargas Llosa fueron resueltas de modo pragmático en el círculo de amigos y escolares más aviesos que él. Los misterios del mundo fueron develados sin contemplaciones y sin escrúpulos en la experiencia humana de una sexualidad entre promiscua y pacata. El conflicto interior era inminente. Liquidados los mitos, los cuentos de hadas quedaban convertidos a engañifas ridículas para provocar el adormítante sopor de los niños tontos. El lenguaje, por ello, se torna vulgar y procaz. Como burbujas de jabón las palabras estallan para designar una realidad descarnada y objetivamente real. “La escuela es ese lugar donde se aprenden y se olvidan cosas, donde se aprueban y suspenden exámenes, donde se difunden algunos saberes y dónde se adquieren algunas destrezas y ciertos hábitos y normas. Es ese lugar donde no sólo se enseña el conocimiento legítimo sino también el comportamiento esperado (la obediencia a la autoridad y el respeto a las reglas del juego), donde se sancionan y se elogian unas u otras conductas, donde el valor del saber comienza y concluye a menudo en su utilidad para salvar (o no) con fortuna obstáculos académicos, y donde el conocimiento apenas se percibe como una eficaz herramienta de comprensión e interpretación del mundo.” La desobediencia, en este escenario, es como el cuchillo entre los dientes. Una liberación de los esquemas establecidos e impuestos para dar paso a la urgencia fisiológica perturbadora producto de las mareas hormonales y la busca desenfrenada de placer. “Es, en fin, en ese escenario de la vida cotidiana donde se castiga a unos y se premia a otros, donde se hacen amigos y enemigos, donde uno se conjura junto a los camaradas y se enfrenta a los adversarios, y donde niños y niñas escriben y leen alborotan o enmudecen, saltan y juegan, alzan la mano, hacen cola, afilan lápices, se enamoran y viven durante la mayor parte de su infancia y adolescencia, de lunes a viernes, les guste o no.” PIURA EN EL RECUERDO En el discurso de recibimiento del Premio Nóbel en el que confirma sus vínculos con el Perú. El escritor evoca a Piura de este modo: “Es la Piura del desierto, el algarrobo y el sufrido burrito, al que los piuranos de mi juventud llamaban “el pie ajeno” –lindo y triste apelativo–, donde descubrí que no eran las cigüeñas las que traían los bebes al mundo sino que los fabricaban las parejas haciendo unas barbaridades que eran pecado mortal. Es el Colegio San Miguel y el Teatro Variedades donde por primera vez ví subir al escenario una obrita escrita por mí. LA PIURA DE 1946 Piura y Mario Vargas Llosa están ligados por vínculos emocionales irrepetibles. “En 1945 la familia abandona Bolivia y se instala en Piura, ciudad que marca el fin de su infancia. Pasa un año (1946) como alumno del Colegio Salesiano, durante el cual experimenta el primer desajuste: <<Mis compañeros de colegio fueron siempre mayores que yo. Había un desnivel. Yo era un muchacho de diez años; mis compañeros de trece y catorce años. Fue un año horrible” En 1946 Piura vivía aún la relativa prosperidad de las haciendas. “Lo que pasa es que nadie además aquilataba la situación real, nadie quería darse cuenta que el asunto de que el asunto de las haciendas no daba para mucho más, que en ninguna parte de este lado del mundo se seguía viendo como en la Nicaragua de Somoza (de paso, tan cercanamente emparentado con la señora Margarita Checa de Debayle que motivó el poema más conocido de Rubén Darío: Margarita está linda la mar y el viento lleva esencia sutil de azahar… Los hacendados recorrían sus extensos territorios a caballo para recoger las primicias de las huertas. Mangos, plátanos, guayabas, naranjas, limones y ciruelas perfumaban las alforjas repletas de panllevar. Miguel Gutiérrez advierte la variada composición social de Piura. “Piura más que una sociedad clasista, era una sociedad cerrada, estrictamente jerarquizada y estamental, en la cúspide de la cual se hallaba el sector de los grandes propietarios de las haciendas que se consideraban a sí mismos “blancos” y que por esos años vivían un período de gran prosperidad económica. En realidad se trataba de familias criollo-mestizas, cuya inveterada endogamia había sido profanada desde la segunda mitad del siglo XIX por alianzas matrimoniales con inmigrantes europeos, en los cuales ingleses y alemanes poseían la sangre más codiciada. El mito de lo piurano o lo que solía llamarse “piuranidad”, reflejaba en gran parte la conciencia sublimada de este sector privilegiado lleno de orgullo y prejuicios raciales, de la sociedad piurana, como se manifiesta en la novela, tan interesante por lo demás, Tierra Embrujada de Vegas Seminario.” La Piura feudal y terrateniente se desplomó con Velasco Alvarado, nacido en Castilla el tradicional Tacalá de las chicheras y los bardos. A consecuencia de la expropiación de tierras dispuestas por la reforma Agraria se produjo en la burguesía piurana un inocultable resentimiento. La propia efigie de Velasco fue retirada del Municipio de Piura en donde en tiempos de la revolución se le había considerado hijo ilustre. El busto colocado en la ex hacienda y posteriormente cooperativa Vidque desapareció sin dejar huella. No faltaron quienes crearon una leyenda negra respecto al origen de Velasco. “Hijo de chichera” de Tacalá y de “padre no conocido” fue una noticia que se esparció impunemente. Piuranos que lo frecuentaron en la apoteosis de la revolución de la Junta Militar lo recuerdan como impulsor del proyecto de irrigación del Chira-Piura, el complejo pesquero de Paita y la nacionalización de los yacimientos de Talara. Velasco liquidó la Piura bucólica y dispendiosa que encontró Vargas Llosa. Rafo León ofrece una descarnada fotografía del terremoto social que provocó en Piura la Reforma Agraria. : “Piura era su sociedad y la sociedad de Piura era mezquina, chismosa, ignorante y bruta como pocas se han visto sobre la tierra. Cuando hoy escucho a los bisoños neoliberales destrozar la Reforma Agraria de Velasco pienso que esos jóvenes turcos no han conocido la Piura de los sesenta, su increíble vocación por el encierro y la exclusión. Recuerdo claramente a uno de los mellizos García, afectado por la Reforma Agraria, que ante su nueva situación optó por abrir en el garaje de su mansión de El Country una anticuchería y al mes cerró: “No puedo atender a los cholos que han sido mis peones”, sentenció antes de empezar a abandonarse para siempre a un submundo de alcohol, deterioro y violencia familiar.” UN PERIPLO ESCOLAR DE ALTA TENSION Sostiene Luis Alberto Sánchez refiriéndose al periplo escolar de Vargas Llosa que: “Vargas Llosa estudió en Arequipa, Cochabamba (Bolivia), Piura y Lima: un geografía docente de alta tensión. Su obra será tan variada como sus climas. Lo más decisivo de ese aprendizaje fue su permanencia de dos años, hasta 1952, en el Colegio Militar Leoncio Prado. Los errores de esa enseñanza de tipo castrense, dura y dogmática, producen, como reacción, varios de los cuentos. Los jefes (1958) y la novela La ciudad y los perros (1963), acerba y plástica crítica al régimen costroeducativo. Las vivencias de sus dos estadas en Piura cuajan en La Casa verde (1965) La fascinación que le causó Piura a Vargas Llosa es conmovedora. “Cuando la conocí, siendo niño de pantalón corto. Piura era una ciudad de treinta mil almas y el desierto que la rodeaba por sus cuatro costados, se veía desde todas sus esquinas: arenas blancas y doradas, alborotadas de algarrobos y de médanos que el viento hacía y deshacía a su capricho. En la ciudad de trescientos mil habitantes que es ahora, el desierto ha retrocedido hasta volverse invisible, ahuyentado por innumerables barriadas hasta donde la pobreza se repite como pesadilla recurrente.” LAS VENAS ABIERTAS DE LA CIUDAD “López Albújar no tiene piedad al hablar de los piuranos consumidos en su provinciana y soporífera modorra. Piura no está hecha para los raptos revolucionarios y los malabares ideológicos aquí pegan bien la sarna y la siesta. Roque Carrión sostiene que los huecos que abundan por las aceras de Piura son los mismos que contaba con religioso ritual al salir del Salesiano. En 1946 Piura vivía el optimismo de la prosperidad algodonera y el Prefecto don Pedro Llosa Bustamante disfrutaba de los repentinos temporales de tranquilidad política. Por aquel entonces apristas y partidarios de la Unión Revolucionaria Sánchez Cerro, convictos y confesos se disputaban las plazas”. Mario recuerda con nitidez este primer contacto con Piura. Las ciudades tienen un enorme poder simbólico y son parte del proceso de construcción de imaginarios sociales. La Piura de Vargas Llosa no es una ciudad enorme apenas siete calles: Lima (Calle San Francisco), Libertad (Real), Tacna (El Cuerno) Arequipa (l Playón), Cuzco (El Pedregal), Junín (Los Angeles) y Loreto) trazan el norte y sur de la ciudad. Al norte, la Mangachería, barrio de negros y al sur La Gallinacera, barrio de Indios y artesanos que concurren al santuario de San Sebastián. Ambos son históricamente núcleos sociales tradicionales que preservan costumbres y leyendas. Para los blancos estaban reservadas las viejas casonas de adobones en los jirones Lima, Libertad, Tacna y Arequipa. Refiere López Albújar que la antigua calle de San Francisco, hoy Lima, “fue señorío, suntuosidad, molicie, realismo, soberbia, explotación, catolicidad, nepotismo, acaparamiento, privilegios, argolla, en una palabra godismo.” . Libertad (la antigua Calle Real) “fue burguesía expedienteo, leguleyismo, artificio, rebeldía, descontento y protesta” . Es la calle de las iglesias. Tacna (El Cuerno) es la calle de los forasteros está junto a la Plaza de Armas, las iglesias y el municipio, Arequipa (El Playón) es el barrio de los comerciantes. “Tanto en la Colonia como hoy, es esta calle la ruta obligada de mangaches y gallinaceros en sus excursiones domingueras, en pos del picante y la chicha.” Cuzco (El Pedregal) “sede del proletariado, de la burguesía baja y de la masonería, no bien vista entonces por todo lo que significaba modismo”. Junín (Los Ángeles) “nombre irónico por ser la calle de Piura donde. Sin duda, ha andado más suelto el diablo desde que se fundó. En ella se reconcentraron, en vida de tambo, o canchón, negros o mulatos horros, cholos e indios de ínfima estofa. Fue un antro de borracheras y jaranas, velorios y pelamientos, con estrépitos de arpa, guitarra y cajón; escuela de procacidad, proxenetismo superstición y brujería…..” . Las calles transversales se denominaban “callejones”. Sus nombres no los preserva la tradición. La casa en la que vivió Vargas Llosa estaba ubicada en la calle Tacna, cerca de la Plaza Merino y el antiguo local del Colegio San Miguel. Richard Artadi, piurano compañero de estudios de Vargas Llosa en primaria y secundaria, aún recuerda las exploraciones por las cenefas de los techos, acompañando a MVLL para contemplar en su sueño vertical a los murciélagos. Vargas Llosa en su encuentro con Piura el 17.XII.2002 con motivo del otorgamiento de la Doctorado Honoris Causa en la Universidad Nacional de Piura expresó lo siguiente: “Las relaciones que tienen las personas con las ciudades son tan misteriosas como las que tienen con otras personas, hay ciudades que nos caen simpáticas y hay ciudades que nos caen antipáticas, hay ciudades que pasan en nuestra vida sin dejar casi una huella en la memoria y hay otras en cambio que se graban profundamente y su quedan para siempre allí, ciudades cuyos recuerdos luego se incorporan y pasan a formar parte como ingrediente esencial de nuestras vidas; eso es lo que me ocurrió a mí con Piura, una tierra donde, si hacemos las sumas y las restas, pasé menos de dos años, la primera vez el año 1946 y la segunda el año 1952. Aquí terminé el quinto año de primaria en el Colegio Salesiano y aquí terminé el colegio, el quinto año de media en la Unidad Escolar san Miguel de Piura. Estas dos experiencias no suman más de dieciocho, veinte meses” EL SALESIANO El encuentro con el Salesiano ha quedado registrado indeleblemente en la memoria del escritor: “Mi primer encuentro con el Salesiano y mis nuevos compañeros de clase no fue nada bueno. Todos tenían uno o dos años más que yo, pero parecían aún más grandes porque decían palabrotas y hablaban de porquerías que nosotros, allá en La Salle, en Cochabamba, ni siquiera sabíamos que existían. Yo regresaba todas las tardes a la casona de la prefectura, a darle mis quejas al tío Lucho, espantado de las lisuras que oía y furioso de que mis compañeros se burlaran de mi manera de hablar serrana y de mis dientes de conejo. Pero poco a poco me fui haciendo de amigos –Manolo y Ricardo Artadi, el Borrao Garcés, el gordito Javier Silva, Chapirito Seminario- gracias a los cuales fui adaptándome a las costumbres y a las gentes de esa ciudad, que dejaría una marca fuerte en mi vida. A poco de entrar al colegio, los hermanos Artadi y Jorge Salmón, una tarde que nos bañábamos en las aguas ya en retirada del Piura – entonces río de avenida- me revelaron el verdadero origen de los bebes y los que significaba la palabrota impronunciable: cachar.” “Es como si nada fuera todavía suficientemente sólido y estable y como si –por eso mismo-el joven tuviera que integrar su propia formación a la formación de su mundo. Y en ese punto puede dar lecciones decisivas, inclusive a los mayores; después de todo, si carece de experiencia en muchos campos, las tiene todas en el de la formación; es su propio ámbito cotidiano” MVLL recuerda esta etapa con detenimiento: “…cuando yo era un adolescente, las muchachas eran vírgenes, y llegaban vírgenes al matrimonio. De tal manera que uno estaba enamorado, pero hacía el amor con las personas que no estaba enamorado. Eso hoy en día ha cambiado, y me parece que en un sentido muy positivo. Ceo que la formación sexual y sentimental que tienen los jóvenes hoy día es mucho más completa. A condición que no sean promiscuos, porque la promiscuidad abarata y empobrece fundamentalmente la experiencia tanto sexual o sentimental. Eso sí, deja un vacío terrible en un hombre, porque así como un adolescente uno ha agotado su experiencia sexual o sentimental, después parece no tener sentido. Una cierta restricción en el dominio sexual me parece útil, necesaria, a condición de que no sea tan estricta y obsesiva como para que resulte traumática. Pero que hay unas ciertas etapas, unos ciertos ritos que deben cumplirse, es muy importante. Eso le decía una de las personas que ha escrito con más inteligencia sobre el erotismo, que es George Bataille, que es un escritor que admiro mucho y sobre quien he escrito también” “Por supuesto, las propuestas para formar una nueva realidad no son las mismas en todos los casos, pero en todo hay como un terror – que es muy juvenil- a la ingenuidad. Aunque en distintos planos en cada texto, es muy perceptible que en casi todos ellos existe la intención de liquidar el estereotipo del joven cándido, simple, inocente.” Sostiene Moscol León, quien recorrió el itinerario de MVLL en su primera estadía de 1946: “Era director de el Salesiano el padre José Safarik y estudiaron aquel año con Mario Vargas Llosa: Jorge Álamo Soria, Mario Alzamora Cáceres, Manuel Alzamora Herrera, Rigoberto Arízaga, Víctor Balmaceda Correa, Enrique Barreto Franco, Mario Burgos Villacriz, Gilberto Calle Portocarrero, Mario Cardoza Navarrete, Juan Carlín Rosas, Eloy Carrión Calle, José Chong Li, Ruperto Guzmán Huamán, Aurelio León Montenegro, Manuel Gilberto León Ruesta, Joaquín Luna Valdivieso, Vicente Masuco Zaldívar, Luis Mendoza García, Eduardo Merino Flores, Juvenal Mogollón Garay, Medardo Purizaga Vega, Boris Rabinovich León, Luis Ramírez Lituma, Rodolfo Rengifo Navarrete, José Rosales Estrada, Donatilo Vílchez Maza, Guillermo Villar Morán, Toribio Yarlequé Palma y Gaspar Zapata Morey”. Según los registros MVLL fue un aplicado alumno en religión. “El 21de diciembre, día de la clausura del año escolar de 1946, el niño Mario recibió Premio de Religión con Medalla de Honor “por su buena aplicación en esta asignatura”. Hoy es un confeso agnóstico. Las notas de los otros cursos, estuvieron entre el medio superior y su comportamiento fue calificado de muy bueno” EN EL GLORIOSO SAN MIGUEL Posteriormente continuará en las aulas de La Salle (1947-49). En 1950, tras un fallido intento de ingreso a la Escuela Naval, por no alcanzar la edad requerida entró al Leoncio Prado. “El Leoncio Prado era el otro mundo. De los colegios de típica clase media, católicos y con externado, Vargas Llosa había ido a parar a un inmenso plantel militarizado que recibía un alumnado de procedencia aluvional (desde los pobres muchachos de la sierra hasta los adinerados rebeldes de la capital) y los concentraba en <> donde hacían vida común, en grandes salones de clase donde se impartía una educación más bien laica y rígida, y en fatigosas maniobras donde aprendían el manejo de armas y algunos rudimentos de guerra. Los años que allí pasó Vargas Llosa constituyen su experiencia fundamental, el descubrimiento del dolor, de la violencia, del compañerismo, del mal; en una palabra de la vida” Tras esta amarga experiencia en el Leoncio Prado, se le abrió como posibilidad para no perder el año escolar viajara a Piura. El abuelo Pedro Llosa Bustamante fue finalmente quien posibilitó que el nieto recalara en esta cálida ciudad norteña: “Los años cincuenta habían comenzado con los militares a la cabeza del Perú, contagiados por una moda regional. En el resto de América Latina, dictadores como Anastasio Somoza, en Nicaragua, o Marco Pérez Jiménez, en Venezuela, instauraban el orden castrense como norma principal para la convivencia. En 1948, Manuel A. Odría se había autoproclamado Presidente del Perú desde Arequipa –tierra natal de Vargas Llosa-, desplazando al electo Bustamante y Rivero. El derrocado presidente era primo hermano del Prefecto de Piura, Pedro Llosa Bustamante, quien había sido el abuelo consentidor del pequeño Vargas Llosa. En Piura no sólo encontró viejos amigos sino un motivador espacio académico para su inquieta formación. Dice MVLL: “El colegio San Miguel donde yo termine mis estudios era un magnifico colegio y lo era no sólo por el ambiente estupendo, fraternal, solidario, que reinaba en sus aulas y en sus patios sino porque su categoría intelectual era muy elevada. El Doctor Luis Marroquín, que era el director, tuvo la inteligente política de invitar además de de los profesores de planta a profesionales muy destacados de Piura a impartir clases en el San Miguel y así nosotros tuvimos la suerte de tener por ejemplo como profesor de educación cívica al Doctor Guillermo Gulman que era un magnifico expositor y un gran incitador de curiosidades y preocupaciones cívicas entre los estudiantes. Tengo muy presentes en la memoria a mis profesores del san Miguel, a Néstor Martos por ejemplo que era un magnifico profesor de historia, era también un periodista de fuste que tenía una columna en El Tiempo que todos los piuranos leían con avidez por su independencia de criterio y valentía; era también un gran bohemio y a veces parecía llegar a las clases directamente de laguna cantina en donde había pasado la noche discutiendo fogosamente pero a la hora de ponerse a explicar las clases de historia el profesor Néstor Martos encandilaba, fascinaba a los alumnos” “Era también un gran profesor Carlos Robles Rázuri, un profesor de literatura que nunca olvido, enseñaba la literatura no para ganarse la vida sino porque la amaba; era una pasión que sabía transmitir contagiándola a quienes lo escuchábamos, era además un profesor generoso que continuaba su magisterio fuera de las aulas y no vacilaba –a los estudiantes inquietados por sus clases- a prestarnos los libros de los que nos hablaba con tanta inteligencia y pasión” . Robles Rázuri, humanista sin estridencias preservó gratos recuerdos de su alumno y discípulo Mario Vargas Llosa. En 1976 escribió lo siguiente:“Nunca le he escrito a Mario porque el genio debe saborear la gloria, tenerla como conquista exclusiva, escoger por sí, libremente, a quienes él estima, pero cuando habla de Piura, a quien quiero más que a mí mismo, no trepido en hilvanar esta crónica para decirle que lo siga haciendo hasta que la vida se le vaya porque Piura -aunque parezca increíble- jamás ha sido ingrata, lleva siempre en su corazón a quienes dan por ella lo mejor de su ser”. Amigo personal fue el profesor José Hipólito Estrada Morales. Vargas Llosa lo reconoció públicamente cuando le fue conferido en la Universidad Nacional de Piura el Doctorado Honoris Causa en el 2002. “Podría citar a muchos otros profesores pero quiero citar a uno en especial porque que está aquí entre nosotros. A mí me ha emocionado mucho verlo, lo quiero mucho, fue también un magnifico incitador en lo que se refiere a vocación literaria, él que ayudó a convencer al director del san Miguel, que aquel año durante la semana de Piura – en la que el colegio San Miguel ofrecía a la ciudad un espectáculo el espectáculo que ofreciera ese año de 1952 fuera era una obra de teatro de teatro que yo escribí y que se llamaba, el nombre me ruboriza un poco, La huida del Inca, porque era una obra en donde había incas. URRISTAS Y APRISTAS INTERRUMPIAN LA SIESTA El contexto histórico y político aparece también en la memoria del escritor: “Los malos eran los apristas, que habían traicionado al tío José Luis y le estaban haciendo la vida imposible allá en Lima, y cuyo líder, Víctor Raúl Haya de la Torre, había atacado al abuelo en un discurso, aquí, en la plaza de Armas, acusándolo de ser un prefecto antiaprista. (Esa manifestación del APRA la fui a espiar, pese a la prohibición de la familia, y descubrí ahí a mi compañero Javier Silva Ruete, cuyo padre era apristón, enarbolando un cartel más grande que él mismo y que decía: «Maestro, la juventud te aclama”.) Pero pese a toda la maldad que el APRA encarnaba, había, en Piura algunos apristas decentes, amigos de mis abuelos y mis tíos, como el padre de Javier, el doctor Máximo Silva, el doctor Guillermo Gulman, o el doctor Iparraguirre, dentista de la familia, con cuyo hijo organizábamos veladas teatrales en el zaguán de la casa”. En Piura se vivía la política con pasión. Como recuerda Vargas Llosa: “Enemigos mortales de los apristas eran los urristas de la Unión Revolucionaria, que presidía el piurano Luis A. Flores, cuya ciudadela era el barrio de La Mangachería, célebre por sus chicherías y picanterías y por sus conjuntos musicales. La leyenda inventó que el general Sánchez Cerro –dictador que fundó la UR y que fue asesinado por un aprista el 30 de abril de 1933- había nacido en La Mangachería y por eso todos los mangaches eran urristas, y todas las cabañas de barro y caña brava de ese barrio de calles de tierra y llenos de churres y piajenos (como se llama a los niños y los burros en la jerga piurana) lucían bailoteando en las paredes alguna descolorida imagen de Sánchez Cerro. Además de los urristas habían los socialistas, cuyo líder, Luciano Castillo, era también piurano “. Las batallas callejeras entre apristas, urristas y socialistas eran frecuentes y yo lo sabía porque estos días –mitin callejero que degeneraba siempre en pugilato- no me dejaban salir y venían más policías a cuidar la prefectura, lo que no impidió, alguna vez, que los búfalos apristas, al terminar su manifestación, se llegaran hasta las cercanías a apedrear nuestras ventanas.” Odría inició en Piura significativas obras públicas la Gran Unidad San Miguel, edificios de hospitales, el Proyecto de Irrigación de San Lorenzo entre otros: “Recordemos que ingresamos a la década de 1950 con la instauración de un gobierno dictatorial presidido por Manuel Odría (1948-1956), luego de una fallida experiencia democrática del régimen de Bustamante y Rivero. Mientras que la crisis agrícola del Perú se aceleraba, se iniciaba un crecimiento de las ciudades, principalmente de Lima. Con el general Odría, el país emprende un engañoso proceso de modernización: liberalización del mercado cambiario, promulgación del Código de Minería, exportación de materias primas y construcción de grandes unidades escolares.” El escenario escolar es también propio de otros narradores piuranos como Miguel Gutiérrez. La escuela aparece con otra visión: “La novela de Miguel Gutiérrez El viejo saurio se retira (1969), sitúa su historia en el colegio Salesianos de Piura y manifiesta una vocación analítica y corrosiva por descomponer los poderes canónicos de la realidad; en este caso, fundamentalmente la religiosa. Por tema y técnicas narrativas se asemeja en varios aspectos a La ciudad y los perros.” El leit-motiv escolar en la narrativa vargasllosiana ilumina una serie de experiencias humanas. Este itinerario de escuelas tan distantes en la geografía marcó la psicología adolescente de Vargas Llosa. Este es un fenómeno que supera lo meramente anecdótico. “ No obstante, igual que con los niños que van detrás de las cosechas, desplazándose dentro de su propio país, los sistemas escolares , tanto a nivel público como privado han continuado ignorando la realidad de los niños que van detrás de sus padres, desplazándose de un país a otro.” La experiencia sanmiguelina y piurana es corta pero rica en significaciones profundas para Vargas Llosa. No sólo porque fue crucial para la vocación del escritor sino por entrañables encuentros y desencuentros familiares: “La Promoción 1952 del Colegio Nacional San Miguel fue la última que cobijó el viejo local de la Plaza Merino. La Gran Unidad escolar comenzó a funcionar al año siguiente, en su flamante local del barrio Buenos Aires y las instalaciones fueron ocupadas por el naciente colegio Nuestra Señora de Fátima.” La escuela está ligada a los maestros, que son quienes finalmente conducen, despiertan o provocan respuestas en los estudiantes:“Fueron profesores de Mario Vargas Llosa y de sus treinta y tres compañeros de clases, entre ellos siete mujeres: Carlos Robles Rázuri (literatura), Marcelo Chanllío (Física), Guillermo Gulman (Economía Política), Andrés Pérez (Inglés), Luis Ramos Zambrano (Lógica y Ética), Jesús Santos García (Educación Moral y Religiosa), Néstor Martos Garrido (Historia del Perú), Guillermo Frías Ocampo (IPM), Fernando León Molero ( Química Orgánica),, Ramón Abásolo Rázuri (Educación Cívica), Enrique Lavado Díaz (Educación Física) y Roberto Nolte García (Geometría). Vargas Llosa, estuvo en la sección “A” de quinto de secundaria. Era el número 31 en la lista de alumnos. La lista empezaba con Horacio Alberca Pozo, Manuel Amaya Dediós, Victoria Amaya Yunque, Manuel y Ricardo Artadi Checa, Luis Barreto Vilela, Virgilio Benites Chunga, Elba Bobadilla Jiménez, Rogger Burga Acha, Carlos Córdova Aguilar, Rodrigo Escobar Hernández Hugo Gallo Torres, Salomón Gherson Cohen, Zoila Gómez Chanduví, Carlos Kuroki Apón, Juan Lamadrid Carrasco, Julio León Orejuela, Elsa Miranda Cherre, José Moy Pacora, Roque Ortega Mejía, Fernando Panta Fiestas, Luis Parrales Paz, Esther Ramos Seminario, Josefa Rangel Castro, Rolando Raygada Zambrano, Isabel Sánchez Zapata, Edilberto Sandoval García, Javier Silva Ruete, Guillermo y Sinclair Temple Castro, William Wong Ato, José Yarlequé Marka y César Cevallos Morales. En el acto académico de otorgamiento del Doctorado Honoris Causa por la Universidad San Marcos Vargas Llosa evocará con profunda gratitud a Don Néstor Martos. El doctor Marco Martos, Decano de Letras y Presidente de la Academia Peruana de la Lengua tuvo a su cargo el discurso laudatorio en representación de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos “Agradezco, asimismo, las palabras tanto de calor y simpatía, y la semblanza, llena de comprensión e indulgencia, que de mi obra y mi persona acaba de hacer el profesor Marco Martos. Él es no sólo un estricto poeta y un inteligente lector de literatura. Es, también, un piurano, y, como tal, debe haber sido sensible al cariño por las gentes y los paisajes de su tierra que emana de muchas de mis historias. Dos años, uno de niño y otro de joven, viví en Piura, experiencia inolvidable por muchas razones. Una de ellas, el padre de Marco Martos, precisamente, don Néstor Martos, periodista de fuste y crítico insobornable, del diario El Tiempo su columna se llamaba Voto en Contra», bohemio pertinaz y notable profesor de historia, cuyos alumnos del colegio San Miguel nunca olvidamos. LA HUIDA DEL INCA En Piura el estudiante Mario Vargas llosa tendrá la oportunidad de poner en escena su obra teatral La Huida del Inca que había obtenido el segundo lugar en el II concurso de Teatro Escolar y Radio Teatro Infantil de 1951. “La obra, de un prólogo, tres actos y un epílogo, se presentó el 17 de julio, en dos funciones vermouth y noche como un homenaje de San Miguel de Piura a la ciudad. Intervinieron nueve personajes más los servidores, quienes ensayaron en la biblioteca del plantel, ubicada en el segundo piso,, durante más de dos meses bajo la dirección de su autor, el alumno de quinto de secundaria Mario Vargas Llosa” “Recuerda Walter Palacios Vinces, alumno de cuarto de secundaria en el 52 y que oficiaba a de sacerdote en la representación teatral, que: “En uno de los primeros ensayos cuando me corresponde entrar en acción, empiezo muy circunspecto a pronunciar mi parlamento y Mario detiene el ensayo y me dice: no, no Walter así no. Tú no eres un sacerdote un personaje serio. Tú eres un chamán, un brujo un hechicero, por eso que tu actuación tiene ser farsesca. Y él mismo comienza a caminar. A dar pequeños saltos gesticulando grotescamente. Eso no he podido olvidarlo hasta ahora. Todos aceptábamos y cumplíamos con disciplina sus indicaciones. La seriedad con la que nos dirigía no alteraba nuestras relaciones de amistad”. Vargas Llosa evoca también esta su primera experiencia teatral: “Comenzamos a ensayar La huida del Inca a fines de abril o comienzos de mayo, en las tardes, tres o cuatro veces por semana, a la salida de clases, en la biblioteca del colegio, un amplio salón de la planta alta, que nos facilitó la amable bibliotecaria del San Miguel, Carmela Garcés. En el reparto, cuya selección tomó unos días, figuraban alumnos del colegio, como los hermanos Raygada, Juan León, Yolanda Vilela, de mi clase y Walter Palacios, quien sería después un actor profesional, además de dirigente revolucionario.” Esta experiencia teatral, apasionadamente estudiantil está presente en los recuerdos del escritor: “No quiero recordar la obra (una truculencia con incas como he dicho), pero sí, con emoción lo que fue irla haciendo nacer, a lo largo de dos meses y medio, con la colaboración entusiasta de los ocho actores y las personas que nos ayudaron en los decorados y la iluminación. Nunca había dirigido ni visto dirigir nadie y pase noches enteras, desvelado, tomando apuntes sobre el montaje. Los ensayos, el ambiente que se creó, la camaradería, la ilusión al ver, por fin, que la obrita tomaba cuerpo, me convencieron ese año de que no sería poeta sino dramaturgo…” La trama de La Huída del Inca narra los abusos y el incendio que provocó Urcos contra el poblado Rumis y la actitud cómplice del sacerdote para eliminar a una prisionera joven (Vestal) de la que se enamoraría perdidamente el inca. El propósito es que no se cuente nada de lo sucedido al soberano y su hermano, inocente, sea castigado severamente. El escenario fue decorado por el profesor de arte Manuel Aldana Ruiz. Intervinieron como actores Juan León Orejuela (anciano), Rolando Rasgada Zambrano (Escritor), Ricardo Raygada Zambrano (inca), Walter Palacios Vinces (Sacerdote), Yolanda Vilela Pita (Vestal), Ruth Rojas (Vestal Cautiva), Lira Rojas (Segunda Vestal), Víctor Izquieta (Urcos, hermano del Inca) y Federico Otoya (sobrino del Inca). La función comprendió además la presentación del Orfeón Sanmiguelino, la actuación de Cantinflas piurano, el Show de las Bikini Girls y las declamaciones de Joaquín Ramos Ríos, Lila Obando, Lira Rojas y el joven tenor Juan Lamadrid interpretaron lo mejor de su repertorio. Esa noche también se presentó a Señorita Piura Teresita Navarro y a Martha Risco Señorita Educación. Los diarios El Tiempo y La Industria al día siguiente destacaron el inusitado de las dos funciones realizadas en la Sala del Variedades. UN INSOLITA HUELGA ESTUDIANTIL Un acontecimiento inesperado fue la protesta estudiantil frente los exámenes estudiantiles sorpresivos. Vargas Llosa, relata con pormenores lo que pasó: “Ya avanzado el semestre, un buen día el doctor Marroquín nos comunicó a los de quinto año que, esta vez, los exámenes finales no se tomarían de acuerdo a un horario preestablecido, sino de improviso. La razón de esta medida experimental era poder evaluar con mayor exactitud los conocimientos del alumno. Esos exámenes anunciados, para los que los estudiantes se preparaban memorizando la noche anterior el curso en cuestión, daban una idea inexacta de lo que habían asimilado. Cundió el pánico en clase. Eso de que uno se preparara en química y fuera al colegio y le tomaran geometría o lógica, nos puso los pelos de punta. Empezamos a imaginar una catarata de cursos aplazados. ¡Y en el ultimo año de colegio!” La insólita huelga escolar acaparó el interés de los piuranos en los que la agitación laboral se reconcentraba en los campamentos petroleros de Talara. Refiere Vargas Llosa: “Con Javier Silva alborotamos a los compañeros para rebelarnos contra el experimento (mucho después supe que aquel proyecto había sido la tesis de grado del doctor Marroquín). Celebramos reuniones y una asamblea en la que se nombró una comisión, presidida por mí, para hablar con el director. Nos recibió en su despacho y me escuchó educadamente pedirle que pusiera horarios. Pero me dijo que la decisión era irrevocable. Entonces, planeamos una huelga. No iríamos a clases hasta que se levantara la medida. Hubo noches sobreexcitadas discutiendo con Javier y otros compañeros los detalles de la operación. La mañana acordada, a la hora de clases. Nos replegamos al malecón Eguiguren. Pero allí, algunos muchachos asustados –en esa época una, huelga escolar era insólita-, comenzaron a murmurar que podían expulsarnos. La discusión se envenenó y un grupo, por fin, rompió la huelga. Desmoralizados con la deserción, los demás acordamos regresar para las clases de la tarde. Al entrar al colegio, el jefe de inspectores me llevó a la oficina del director. Al doctor Marroquín le temblaba la voz mientas me decía que, como responsable de lo ocurrido, yo merecía que me expulsaran ipso facto del San Miguel. Pero que, para no estropearme el futuro, sólo me suspendería siete días.” El Colegio San Miguel de Piura surgió del antiguo Colegio “El Carmen” creado en 1784. En 1835 empezó a denominarse Colegio “San Miguel de Piura”. En 1897 el colegio se sostenía económicamente del impuesto de cinco centavos por cada botija de chicha que se consumiera en Piura. En 1912, a consecuencia del terremoto el colegio funcionó en casa de la familia Saavedra y luego en la casona de la familia Rodríguez. Los conflictos estudiantiles no eran recientes en el San Miguel. En 1913 un grupo de padres de familia encabezados por Eliseo Vegas pidieron al Gobierno el nombramiento del profesor Enrique López Albújar, como director. López rechazó el pedido y expresó su gratitud al director en ejercicio Alicio Arias de Castro quien fue reemplazado en 1914 por Juan L. Hague quien puso la primera piedra del nuevo local. En 1932 se declaró en huelga total el alumnado durante 45 días en protesta por la falta de idoneidad del personal nombrado. El Presidente del Perú y ex alumno sanmiguelino Luis Miguel Sánchez Cerro, envió a su padre como mediador. Se destituyó al Director, Luis Gambirazzio y se designó en su reemplazo a Arturo Tapia. La historias de Los Jefes surgieron en Piura recuerda el escritor. Ahí estaba presente el germen de universalidad que más tarde lo abrió las puertas a la experiencia literaria europea: “Las historias de Los Jefes poseen una fuerza exaltada y un alto contenido energético: en ellas la violencia brilla como un arma desnuda. La violencia estratifica a los individuos y los vuelve irreconciliables; para realizarse tienen que imponerse a los demás antes de que se lo impida otro más fuerte; por todas partes rige la brutalidad y el culto al machismo. La violencia los muestra tal como son: es el desfogue de su soledad existencial, sometida a la presiones del medio.” El propio Vargas Llosa anota: “Recuerdo haber leído, en las páginas iniciales de un libro de Merleau-Ponty, que la violencia casi siempre era bella en imagen, es decir en el arte, y haber sentido cierta tranquilidad. Tenía entonces 17 años y me asustaba comprobar que, pese a mi naturaleza pacífica, la violencia explícita o implícita, refinada o cruda, era un requisito indispensable para que una novela me persuadiera de su realidad y fuera capaz de entusiasmarme. Aquella obras exentas de alguna dosis de violencia me resultaban irreales (he preferido siempre que las novelas finjan lo real así como otros prefieren que fijan lo irreal) y la irrealidad suele aburrirme mortalmente. La escuela, es un escenario literario en el que anidan múltiples ebulliciones sociales, en donde se piensa y repiensa el futuro personal y el de la propia sociedad: “En el umbral del siglo XXI, los sistemas escolares no se han hecho cargo siquiera de las viejas y nuevas realidades del siglo XX. La retórica acerca de los desafíos que plantea el nuevo milenio es, en buena medida, la retórica que corresponde a los desafíos aún no encarados dentro de éste.” En la literatura peruana Vargas Llosa reviste una singularidad porque sus obras más celebradas aluden al escenario escolar: “Mario Vargas Llosa ha sido, en la literatura peruana, quién más ha escrito y explorado el tópico del colegio. Así lo demuestran tres de sus primeras creaciones publicadas en un lapso muy breve: el cuento <> (1958) y las novelas La ciudad y los perros (1963) y Los cachorros (1967).Las tres obras aluden en el ámbito de la escuela, reproduciendo no sólo los rituales de la adolescencia y la conflictiva relación con el mundo adulto, sino construyendo un ambicioso microcosmos de estructuras y formas de conducta. El examen que hace de la sociedad citadina de la década de 1950 es lúcido y enérgico, En él, el colegio aparece como un campo de prueba en la que el individuo forja su hombría y aprende modos de sobrevivencia, no siempre honestos”. En Piura el escenario escolar es el colegio salesiano, posteriormente el centenario San Miguel a los que suma el Colegio Militar Leoncio Prado: “Cada obra desarrolla, de forma independiente un modo literario distinto que guarda con las otras múltiples relaciones de afinidad. El tránsito compositivo de los textos experimenta tres formulaciones y herramientas narrativa distintas: el cuento, la novela y la nouvelle. Vargas Llosa utiliza estos tres modelos literarios para explorar, con feroz carácter reflexivo, el mundo de la escuela en diversas puestas en escena: el colegio estatal laico en el cuento <>; el colegio militar estatal particular en la novela La ciudad y los perros; y el distinguido colegio privado religioso en la nouvelle Los Cachorros. Tres miradas artísticas de las columnas que. En difícil equilibrio, sostienen un país resquebrajado: la sociedad civil, la sociedad militar y la sociedad religiosa.” La escuela es una empresa humana con propósitos siempre plausibles, pero en donde también emergen las frustraciones y el fracaso. Julio Ortega señala: “El crítico Wolfgang A. Luchting, por ejemplo, ha escrito que el individuo de Vargas Llosa aparece en un contexto definido por la educación, en su más
diciembre 13, 2011 at 7:20 pm
La escuela es una empresa humana con propósitos siempre plausibles, pero en donde también emergen las frustraciones y el fracaso. Julio Ortega señala: “El crítico Wolfgang A. Luchting, por ejemplo, ha escrito que el individuo de Vargas Llosa aparece en un contexto definido por la educación, en su más amplio sentido: se la escuela, la familia, o simplemente un banco. Y este contexto se caracteriza por su mecanismo frustrante; el colegio religioso, militar o estatal, como la misma sociedad llevan inexorablemente a ese individuo al fracaso de sus ambiciones porque esa inserción suya en su sociedad, esa doble relación en estas novela novelas anuncia el fracaso de la empresas
La experiencia en el Leoncio Prado, fue una experiencia de violencia machista y brutal: Años más tarde el escritor evocaría esa circunstancia que incorporada a su experiencia humana marcaría toda su existencia. “Vargas Llosa recuerda el día del bautizo, esa mañana en que los cadetes lo golpearon y su carcajada corta el relato como si fuera un espasmo de lo incontenible: la distancia de los años le ha permitido combinar esas imágenes sombrías con esas risas de nostalgia que disipan hasta el más mínimo rencor. Sus ojos se contraen ligeramente, como si se recuperar en ese instante del flash de una fotografía perdida. Parece como si se diera a sí mismo: ¿Cómo pude haber tenido miedo en una situación tan ridícula? Su risa breve amortigua el rubor de ese recuerdo.”
La experiencia del Leoncio Prado. Es como una marca a fuego en la conciencia. Muchas veces es una experiencia desgarradora insuperable. “Cuatro paredes. El asentimiento general conviene en que allí uno será, con consideraciones hipócritas, aprisionado, obligado, culpabilizado, juzgado, respetado, castigado, humillado, etiquetado, manipulado, mimado, violado, consolado, tratado como un feto que mendiga ayuda y asistencia”.
No en vano más tarde los generales, soportes de la verticalidad autoritaria del Leoncio Prado, incineraron simbólicamente ejemplares de la primera edición nacional de La ciudad y los perros. No contentos con la quema de libros como expresión de torpeza y barbarie se empecinaron en descalificar al escritor con la peregrina consideración de que un mal alumno es un mal escritor. Para los suecos de la Academia la concesión del Nóbel tiene como cardinal argumento, la capacidad del escritor para contar la cartografía del poder y mostrar sus miserias así como expresar la lucha, la revuelta, del hombre, por la libertad”.
La escuela no sólo es un mecanismo de reproducción social que nos condiciona para la vida en sociedad. Vargas Llosa advierte. “Nunca había visto tan junta la colorida diversidad del Perú: blancos, negros, chinos, cholos, se mezclaban entre las filas, dibujando anticipadamente lo que sería el rostro amorfo de Lima décadas más tarde. Vargas Llosa asegura que el Leoncio Prado le hizo descubrir realmente Perú.”
LA VOCACION PERIODISTICA
Paralelamente fue desarrollando su vocación periodística. No podemos dejar de mencionar como señala Juan Gargurevich que “PARA MARIO VARGAS LLOSA PRIMERO FUE EL PERIODISMO” Así comenzó su incursión en el reino de las letras, apartándose a veces de las redacciones y los géneros periodísticos para escribir novelas de gran éxito que los han elevado a la fama mundial. No ha sido el primero, tampoco será el último que pase de las crónicas estrictamente apegadas a la realidad a la ficción que plantea la novela realista, que se inspira en las historias de la vida misma. Y nada ni nadie más cercano al drama vital que el periodismo y los periodistas, aquellos que llegan al lugar de la noticia con el encargo de transmitir luego a lectores, a oyentes o televidentes lo que pasó en aquel lugar.”
La experiencia periodística se inició en Lima pero tuvo en Piura episodios relevantes. A la experiencia en La Crónica se sumó la experiencia en La Industria. En uno el vértigo e la urbe. En otro la apacible beatitud del arenal: “Mario Vargas Llosa inició su aprendizaje periodístico cuando sólo tenía 15 años y fue llevado por su padre a La Crónica para que practicara en sus vacaciones escolares, en el verano de 1952. Y por poco no se queda allí para siempre, pues fue fascinado por el mundo del periodismo, esta mezcla de bohemia y amor por la causas que consideran justas lo que abrazan el oficio para toda la vida”
Su primer artículo publicado en La Crónica apareció el 16 de febrero de 1952. Estaba referido a la designación de Guillermo Ugarte Chamorro como director de la Escuela Nacional de Arte Escénico y se titulaba “Esfuerzo a favor del teatro en el Perú”. “La Crónica que recibía al precoz adolescente era un tabloide mediocre pese a tener algunos periodistas de primer nivel que podrían haberle asegurado cierta brillantez pero la posición política de sujeción al régimen dictatorial del general Odría lo había reducido a una chatura sin precedentes a la que no había llegado ni siquiera durante el sometimiento al dictador Leguía”.
En Piura continuará con su vocación periodística. “En Piura se ganó la vida como columnista del diario La Industria, allí, a los 16 años, se inició su protohistoria literaria. Curiosamente, comienza con una obra teatral, La huida del Inca, en una tema indígena”
La década del 50 importa enormes rupturas y cambios en la sociedad peruana: Explica Gutiérrez: “Es decir durante la década del 50 existen las bases objetivas para que los diferentes sectores de la burguesía peruana, a través de sus cuadros intelectuales, emprendan desde su propia perspectiva de clase la revelación problemática del Perú como formación histórico-social en confrontación con sus diversas formas de conciencia que se patentiza de manera concentrada mediante las vicisitudes de un yo, de un héroe problemático”
En la literatura peruana el momento Vargas Llosa es totalmente nuevo y explosivo. No sólo por su referentes sociales sino por los nuevos temas que aparecen en la narrativa:“Los esfuerzos de los narradores del 50 por incorporar la novela peruana a la modernidad del siglo XX cristalizan y alcanzan un nivel cualitativo superior a partir de La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa, el menor y a la vez figura fronteriza entre los escritores de la Generación del 50. La concreción de esta forma específica, la novela, no fue producto del azar ni solo resultado del voluntarismo de un conjunto de narradores, sino que fue parte del proceso de modernización general de la sociedad peruana que se opera después de la Segunda Guerra Mundial, cuya caracterización hemos intentado diseñar en un apartado anterior”.
José Donoso, en testimonial evocación del boom recordará el impacto de La ciudad y los Perros. “Mario Vargas Llosa encarna el segundo momento del boom: el gran estallido se produjo cuando, en 1962, siendo todavía un muchacho de veinticuatro años, recibió el Premio Biblioteca Breve de la editorial barcelonesa Seix Barral, con la que repentinamente y con tralalá, su nombre – y de paso el de la Editorial Seix Barral- se hizo popular en todo el mundo de habla castellana: La ciudad y los perros hizo hablar a todo un continente.”
Luis Alberto Sánchez anota lo siguiente: “MARIO VARGAS LLOSA (1936) representa en la literatura peruana al pionero de las nuevas formas narrativas. Su primer libro, La Ciudad y los Perros, se remonta a comienzos de la década del 60, y es una confesión de sus días de escolaridad y una demostración de rebeldía contra la influencia militar en los colegios. “
La Casa Verde inspirada en Piura es una gesta memorable. “De la media docena de novelas que ha publicado, Los cachorros es quizás la más tierna y veraz; La Casa Verde, aquella que demuestra mejor su capacidad técnica, acudiendo a un monólogo interior plural, más amplio que el patrocinado por Joyce; en Conversación en la Catedral, trata de fijar una etapa política y la variedad de personajes y asuntos que la constituyeron, tal vez en menor éxito del deseado. Ha incursionado en un tipo de nueva picaresca en sus dos últimas novelas, una de ellas La Tía Julia y el Escribidor, arrancada a su propia biografía y compuesta con estilo vivaz, alegre, lleno de contrastes optimistas. Esta gama de tendencias y asuntos presta a VARGAS LLOSA un brillo especial aunque no coincida en darnos la idea precisa de un estilo predominante”.
Sinesio López Jiménez a partir de la literatura vislumbra dos visiones de país como construcciones sociales que dan lugar a reflexiones sobre el Perú. “Algunos narradores aventuran hasta dos visiones globales del país. Pienso que Arguedas, donde es distinta la visión más andina de Los ríos profundos de la visión más urbana, más cambiante y rica, de Todas las sangres; o pienso en la diferencia entre la visión crítica y escéptica de Conversación en la catedral de Vargas Llosa y su visión apocalíptica de La historia de Mayta, por ejemplo. Son visiones muy ricas del país, llenas de sugerencia, vida y color, quizás más ricas que las ciencias sociales, pero que necesitaban ser explicitadas y reflexionadas por las ciencia sociales mismas”
Vargas Llosa, bien merece un estudio minucioso de su producción literaria. No sólo porque en él emerge un Perú que no acabamos de comprender en su emergencia social. Sino porque su trama entreteje vivas experiencias humanas partiendo de la escuela que como señala Bordieu es un mecanismo de reproducción de la sociedad. La escuela está ligada también a la variable temperatura emotiva humana del escritor. La escuela no sólo es un vaporoso recuerdo en la literatura universal sino un acontecimiento humano intenso e irrepetible.
diciembre 13, 2011 at 7:24 pm
Los textos publicados son parte de la compiulación de la produccion del ex alumno de la UDEP don Miguel Godos Curay por quien tenemos mucha admiración y respeto. Somos alumnos de comunicacion, historia y gestion cultural de la UDEP que esperamos se publique su valiosa produccion intelectual.
diciembre 13, 2011 at 7:28 pm
PAITA:SU HISTORIA Y SU LEYENDA
Por Ricardo Pastor
La Provincia de Paita fue creada por Ley de 30 de marzo de 1861. Su capital es la ciudad del mismo nombre, categoría que le reconoce la ley. Tiene los siguientes distritos: Paita (6,797 hab.), creado en la época de la Independencia; Amotape (1,901 hab), creado por decreto de 8 de octubre de 1840; Arenal(507 hab.), creado por Ley de 3 de noviembre de 1874; Colán (1,820 hab.), creado por Decreto de 8 de octubre de 1840 (la ley Nº 819 de 14 de noviembre de 1908 trasladó la capital de este distrito al lugar denominado Pueblo Nuevo, que por esta ley tomó el nombre de San Lucas); La Brea (7,078 hab.), creada por Ley N° 7627, de 31 de octubre de 1932 (su capital es el pueblo de Negritos); La Huaca (2,012 hab.) creado en la época de la Independencia; Máncora (4,168 hab.), creado por Ley Nº 818 de 14 de noviembre de 1908, la que le señaló como capital el distrito de Talara. La ley N° 7627 de 31 de octubre de 1932, trasladó la capital distrital al pueblo de Lobitos; Pariñas (12,985 hab.), creado por Ley N° 2627 de 31 de octubre de 1932; Tamarindo (1,584 hab.), creado por Ley Regional N° 315 de 28 de agosto de 1920; y Vichayal (1,507 hab,) creado, por Ley Regional Nº 316 de 28 de agosto de 1920,»y esta misma ley le señaló como capital distrital al pueblo de San Felipe de Vichayal.
La Provincia contaba, según los datos del último censo, —año de 1940— con 39,359 habitantes. Al valle del Chira corresponden 15,128 habitantes y- a la zona petrolera 24,231.
La Ley que creó Paita fue sancionada por el Gobierno del Mariscal Don Ramón Castilla y refrendada por su Ministro de Gobierno Don. Manuel Morales.
Al evocar a Paita tras la densa bruma del recuerdo y del tiempo diremos con Enrique López Albújar: «Este es Paita, el puerto que todos los piratas guiados por el sino de una fatal estrella como si se tratara de una esquiva doncella venían de otros mares a darles serenatas al son de fragorosa música de fragatas».
En realidad según apunta Aurelio Miró Quesada Sosa en su obra «Costa, Sierra y Montaña» «Paita es uno de los puertos de más antigua historia y mayor tradición en el Perú. Centro del principal núcleo urbano durante un tiempo de la región, importante escala en el comercio con este continente, por ella han pasado Virreyes, en ella han vivido hombres de lustre y prestigio, y han constituido en la colonia, uno de los lugares de información y relación más eficaces».
Desde los remotos tiempos incaicos, y aún antes, es probable que, por su magnífica bahía abrigada, los mochicas hayan hecho uso de Paita como base de sus expediciones por mar. Viejas leyendas nos hablan de invasores que conquistaron diferentes lugares de la costa. Recientemente el noruego Thor Heyerdahl cree haber probado que la Polinesia fue poblada por peruanos y, no sería extraño, que esos pobladores hubieran sido mochicas; y el feliz arribo a Samoa del navegante norteamericano Willis —después de su dramática y aventurera travesía de 6,000 millas por el Océano Pacífico—refuerza la teoría de Heyerdahl.
Los cronistas de la conquista recogieron y consignaron tradiciones de guerreros de talla gigantesca, y en Lambayeque subsiste la hermosa leyenda romántica de Naylamp, que viniera por el camino del mar, toda la época anterior a la venida de los españoles se entrevé en las leyendas tejidas por los cronistas. La cerámica es casi el único nexo con la época Prehispánica y es susceptible, claro está, de múltiples y contradictorias interpretaciones. Si hubo en la región grandes cementerios o huacas de importancia considerable, han desaparecido, siendo difícil establecer el grado de civilización alcanzada, al no tener mayores vestigios de tejidos e implementos domésticos.
En lo que concierne a la Provincia de Paita, durante la época preincaica, parece ser que la parte más importante era el Valle del Chira, en el que se reanime la existencia de diversos reinos rigiendo en ellos el matriarcado— tal como el de la Capullana de Amotape que era, sin duda, Vasalla de los Incas, después de la conquista de Huayna Cápac, Hay tradición que asegura que este Inca pasó por Colán e incluso dejó descendencia, pues los antiguos miembros de la familia Macharé se enorgullecían de su estirpe incaica.
Antes de las invasiones centroamericanas -sostiene Riva Agüero en su «Historia del Perú» habitaban los Uros, procedentes del Este Amazónico, que avanzaron por la depresión de la Cordillera en la Cuenca del Marañón. Estos eran, en su mayoría, dolicocéfalos, meros cazadores y pescadores, Pero sigue afirmando Riva Agüero con anterioridad a los Uros existían dolicocéfalos de alta estatura, los extintos pescadores antropófagos, cuyos vestigios ha hallado Uhle, en las cavernas de nuestro litoral.
Una raza, tronco, madre y educadora de quechuas, aymaras y araucanos dice Riva Agüero- ha penetrado en las serranías del Perú trayendo su técnica agrícola y cerámica, procedente de Centro América. Por todo este análogo substrato se explican las semejanzas con los mayas en que tanto insiste Uhle; las del idioma mochica con el Chibcha o muisca y varios dialectos centroamericanos; la eufonía del Naylamp y sus compañeros en la posterior inmigración marítima a Lambayeque. Amotape -al decir de Germán Leguía y Martínez -es el pueblo más antiguo de la Provincia de Paita. Existía ya al arribo de los conquistadores y su pueblo era, como los comuneros de Tangarará, fuerte e indomable. Al llegar Pizarro citamos al historiador Jerez- gobernaba Ametape el Cacique Álmotaxe, que se enfrentó, altivo y gallardo, a la ruda y férrea soldadesca española. Vencido Almotaxe y su compañero el Cacique del Chira fueron muertos en la hoguera, tras cruel y sumario proceso. Pero el amor, las mujeres y la muerte van juntos reza la tradición como en la tesis filosófica de Shopenhauer. «La Capullana de Colán encendió de amor y sumió en la locura a uno de los compañeros de Pizarro».
En el año de 1531 citamos los «Anales» de Montesinos Pizarro se embarcó en Tumbes con su gente, en tres navíos. Luego de una breve navegación llegó a dar vista a una hermosa bahía y echó tripulación a tierra. Había en ella pocos indios y acudieron en sus balsas a desembarcar a la tropa. Los habitantes del puerto dice el historiador Prescott «contemplaron a los maravillosos extranjeros y les llevaron frutas, pescados y vegetales”, prueba indudable del generoso espíritu hospitalario de los paiteños. Pizarro envió a Panamá los tres navíos- con «treinta mil pesos de oro, alguna plata y muchas esmeraldas» como señal de la riqueza de la tierra. A poco fundó Piura «con el ánimo de que en ese lugar se juntase la gente que venía, de Panamá y Nicaragua».
Paita fue escribe Fray Reginaldo de Lizárraga, en el siglo XVIII «escala de todos los navíos que bajan del puerto de la Ciudad de los Reyes a Panamá y México, y de los que suben de allá para estos reinos».Bella y roja tradición marinera la del puerto de San Francisco de la Buena Esperanza. Los convoyes de piraguas indígenas zarpaban de Paita, en viajes cuyo misterio no ha desentrañado la historia. Escala obligada de los galeones españoles fue víctima desde 1587, del fiero ataque de los corsarios, las sombras atormentadas de Spilberg, Cávendish, Cliperton y Anson, vagan, insomnes, en la sombra de las noches porteñas. ¿No partió de Paita la expedición dé Alvaro de Mendaña y de Isabel Barreto, en la cual rindiera la vida el descubridor de las Islas Marquesas? A la muerte de Mendaña, Isabel Barreto asumió el mando de la expedición, auxiliada por el navegante Pedro Fernández de Quiroz y llegó a Manila. Paita es así dice Miró Quesada Sosa «la primera etapa de la gloria de quien debe considerarse, sin disputa, por la cronología y el espíritu, la primera viajera del Perú». En «Halls Voyage» (pág. 77) dice, a la letra, su autor: «Anclamos en Paita, lugar celebrado en los viajes de Anson, así como en las historias de los bucaneros». Paita era un pueblo de resonancia universal.
Paita se vio asaltado, innúmeras veces por filibusteros Sir Francis Drake, en 1579, sale con dirección a Paita, al tener noticia del viaje de galeones car¬gados de tesoros. A la altura del cabo de San Francisco apresa al navío español «Sacafuego» y redujo a cenizas la Iglesia, el Monasterio y los principales edificios de la ciudad. En el año de 1587 -dice Riva Agüero Sir Thomas Cavendish apresó en Trujillo al piloto de un navío español y lo envió a Paita como parlamentario para exigir un cupo a los vecinos. Los paiteños dice el mismo historiador no quisieron conciertos con el enemigo y llevándose al piloto mensajero, huyeron de la ciudad. Cavendish se apoderó de caudales y mercaderías y arrasó con la población. El éxodo de los paiteños originó el establecimiento de Piura en el lugar que actualmente ocupa.
Jorge Spilberg, en 1615, recaló en Paita, prevenido ya para la defensa. La escasez de gente y recursos no ofrecía posibilidad de vencer al temido y famoso corsario. Spilberg intentó desembarcar por la mansa y próxima caleta de Colán, pero su proyecto fue desbaratado por doña Paula Piraldo y Herrera de Andrade y Colmenero, encomendera de Colán, quien movilizó a su repartimiento de Indios para oponerse al desembarco. Puesta ella dice Leguía y Martínez «a la cabeza de la numerosa columna, ocupó los puestos de mayor peligro, dio con ello el más varonil ejemplo y reconfortó el espíritu de sus improvisados milicianos». El piloto holandés, atemorizado ante los aprestos bélicos de doña Paula Piraldo, levó anclas y enrumbó a Filipinas. El poeta colonial D. Luis Antonio de Oviedo y Herrera, Conde la Granja, en la estrofa 89, del canto doce, de su «Poema a Santa Rosa de Lima», dice:
“Sigo al pirata a Paita, que me llama / desde Colán su ilustre Encomendera /doña Paula Piraldo, cuya Fama / el puerto preservó de arder hoguera / en la ocasión; y sus elogios clama / con tal ponderación pluma extranjera / que al Perú defraudara de esta gloria, /la mía no honrara su memoria”.
El Rey Felipe III, el 15 de octubre de 1618, elogió la hazaña de esta eminente heroína paiteña. Doña Paula era a la vez, una ama generosa y creyente. Fue donación suya el terreno donde hoy se levanta el convento y hoy colegio de Belén.
En el año 1680 Watlin, inglés, se dirige contra Paita, pero es rechazado vigorosamente. En el mismo año Cowley y Eaton, del grupo de piratas capitaneados por el inglés Guarlin, recalan en, Paita, donde apresan dos navíos fondeados en la rada. El 21 de marzo de 172,0 fue Paita incendiada y saqueada nuevamente por piratas franceses al mando de Juan Clipperton. Antes, el año 1585, Eduardo Davis asedia la ciudad durante seis días y concluye por reducirlas a cenizas.
Piratas ingleses la asaltaron nuevamente el 18 de noviembre de 1741, a las diez de la noche, bajo el comando de Anson. Cometió éste todo género de tropelías y -según la tradición- decapitó a la imagen de la Virgen de Nuestra Señora de Las Mercedes, hoy patrona de las Armas del Perú. De acuerdo con los piuranos que lo hicieron el 4 de enero de 1821 los paiteños proclamaron su independencia antes que en Lima, o sea el 14 de enero de 1821, siendo Comandante Militar de la Plaza don Francisco de Frías y Adrianzén. El primer Alcalde Republicano fue un prominente vecino, emparentado con los Cárcamo, pariente de los Noel y de Camilo Carrillo. Fueron regidores los próceres Antonio Gómez y Esteban Gómez, don Juan Vega, don Juan Aguirre y don José Gabino Gómez.
Figuras próceres del Perú están unidas indisolublemente a la historia no escrita dé la Provincia de Paita. En los albores de la gesta libertadora, los marinos paiteños, Victoriano y Andrés Cárcamo, se apoderaron de un navío español y fue ese el primer buqué que aportaba el Perú a la flota que comandaba Lord Cochrane.
Miguel Grau, el más gallardo y generoso de nuestros héroes, se educa en la Escuela Náutica de Paita, y en ese puerto, a los diez años, inicia su crucero de gloriosas aventuras. En las elecciones políticas de 1875 -¡Gran honor para Paita!-es elegido Diputado Nacional. Y entre la humilde y oscura tripulación del «Huáscar» —¡los héroes anónimos no son identificados por la historia!— combaten y mueren docenas de marineros paiteños. El Capitán de Navío Juan Noel y Lastra nace en Paita en el tormentoso año de 1810. Desciende por línea materna de los Caciques de Colán. Estudia en Vergara, España, donde se educan otros marinos peruanos. En 1836 es Capitán de la goleta «Caupolicán». Ingresa a la Marina .de Guerra el ano de 1841. Es uno de los precursores de la navegación fluvial en nuestros grandes ríos amazónicos. Se opuso enérgicamente, como Capitán de la goleta «Libertad», a la ruptura del bloqueo de «Huanchaco» por el navío inglés «Comorant». Responde a la amenaza del marino inglés diciendo que en su buque había suficiente pólvora para hacerlos volar a los dos. Muere valientemente el 2 de mayo de 1854 en el naufragio del buque peruano «Las Mercedes». «Trataré de salvar mi buque o pereceré en él», fueron sus últimas palabras.
Los oficiales de nuestra Marina de Guerra, Emilio y Raymundo Cárcamo, mueren heroicamente en la batería «Maipú “durante el Combate del 2 de Mayo de 1866. Camilo Carrillo, marino paiteño y hombre de ciencia, honró a su Provincia natal. Trajo a remolque en el año 1865, desde Nueva Orleans por el estrecho de Magallanes los monitores «Manco Capac» y «Atahualpa». El ingeniero Federico Blume y Othon aprestándose a la defensa de su país de adopción construye, con obreros paiteños, el primer submarino en el año infausto de 1879, y realiza exitosas pruebas de inmersión en la bahía de Paita.
En Paita vivió y murió Manuela Sáenz, amada de Bolívar y «la única mujer» según Don Ricardo Palma que llegó a ejercer imperio sobre el épico y deslumbrante Libertador americano. Residió en Amotape hasta el año 1854, en qua falleciera, Simón Rodríguez, el sabio y excéntrico maestro de Bolívar. El General Antonio de la Guerra ayudante de cam¬po de Bolívar y actor en la epopeya de la Independencia Americana –afincase en Paita, lejano ya, en el escenario de la historia, el drama final de Santa Marta, Los descendientes del bolivariano General -¡Martirio, Trabajo, Inteligencia!- fundaron la más alta tribuna del pensamiento en el Perú. José Garibaldi el «Condottiero» legendario anclaba en el Puerto. Capitán de buques cargados de mercaderías y dé ensueños. El político ecuatoriano Gabriel García Moreno, en una dura etapa de ostracismo, fue vecino del pueblo de Paita.
No podemos dejar de rendir homenaje a la memoria de Enrique Coronel Zegarra, quien trabajara, sin pausa y sin reposo, para conseguir la construcción del ferrocarril dé Paita al Marañón, habiendo hecho valiosos estudios. Esta obra es de gran trascendencia para el Perú en general, y en particular para Piura y debe ser uno de los objetivos permanentes por los que debemos luchar los piuranos, ideal que el más alto dé los poetas del Perú lo defiende en los cuatro versos porveniristas de «La Epopeya del Pacífico», que dicen, a la letra:
Cuando luego de Paita, con enérgico trazo/ amazónico margen solicite el carril/ y el Pacífico se una con el épico Río/ los trenes galopen, sacudiendo su crin…
PERIODISMO EN PAITA
Como una muestra del esfuerzo intelectual de los hijos de Paita, haremos una reseña cronológica de los periódicos publicados en Paita, desde el año 1860 hasta nuestros días, mencionando, en lo posible, a sus redactores y editores: “El Instructor» y «El Hado de Paita, publicados por José Antonio Garrido en los años 1862 y 1864, «El Eco de Paita», editado por el mismo Garrido, en los años 1868 y 1884, «El Fonógrafo», editado por Benjamín García en los años 1889 y 1890. «El Constitucional» editado por el misino García y que tuviera como redactor prin¬cipal al periodista Julio Octavo Reyes. «El Paro de Paita», que tuviera tres épocas. «El Rector», edita¬do por J. Tomás Coloma y redactado por Darío S. Rubio. «El Alba», cuyos, redactores fueron Darío S. Rubio y Alejandro García Cortés. «El Siglo XX», editado por Eleazar A. Sánchez. «El Independiente». «La Reforma», editado por Gil Antonio Guerra. «La Igualdad», editado en su primera época por Francisco Valdez, «El Mosquito». «El Norte», editado por Daniel L. Castillo, «El Comercio», editado y redactado por Juan Manuel Lazo. «La Voz», se publicó por primera vez el 25 de noviembre de 1906, llanta el 28 de mayo de 1909, inclusive. Reapa¬reció el 9 de junio de 1909, hasta el mes de diciembre del mismo año, en que cesó de editarse. Fueron sus editores, y redactores los hermanos Alejandro y Héctor García Cortés. «El Progreso». «Él Microbio». «La Sanción». «Francés y Disfraces». «La Alianza», en 1909, editada por Enrique García. «El Progreso», fundado el 19 de junio de 1906, cuyo Director fue Daniel L. Castillo, ejerciendo la colaboración Florentino Alcorta y Juan Manuel Lazo. Dejó de publicarse en 1907. «El Mosquito», publicado en 1906, editado y redactado por Florentino Alcorta. «El Morro», fundado el 16 de junio de 1906 y cuyos Directores fueron Inocencio P. Lombardozzi y Bartolomé Zapata Acha. Fue colaborador Julio C. Guedes. El N° 13, y el último, se publicó el 28 de septiembre del mismo año. «El Artesano», se fundó el 23 de junio de 1911, editado por Miguel F. Martínez y redactado por Miceno Carnero, Dejó de publicarse, semanalmente, el mes de diciembre de Í912, habien¬do sido bisemanario en los meses de octubre y noviembre del mismo año. Comenzó a publicarse, mensualmente, el 25 de enero de 1913. Fueron esporádicamente colaboradores Julio C. Guedes y Carlos F. Fiore. “La Prensa Libre” fue fundada el 1° de marzo de 1908, siendo su director Francisco Valdez y editor José Gregorio del Castillo. Cesó de publicarse, en su número 15, al 20 de mayo de 1908.
PRIMER FESTIVAL DEL LIBRO PIURANO OCTUBRE DE 1958
diciembre 13, 2011 at 7:30 pm
Este texto fue rescatado por el profesor Miguel Godos en su blog dedicado a la historia regional y de suma utilidad para todos los investigadores.
diciembre 20, 2011 at 6:48 pm
El poema de Miguel Godos que se publica en este blog, por error, ha sido mal transcrito. El texto original es el que doy a continuación y fue el que publicó la revista Amigos de la Universidad de Piura en 1972. Godos también tuvo el discuro centra en el homenaje a la UDEP con motivo de los treinta años de la UDEP y que esta publicado en la Colección Algarrobo.
PUERTO
Por: ;Miguel Godos Curay ( Paita,1957)
En la brisa de la tarde
fresca y clara del recuerdo
me llega el olor de Paita
que danza quieto en el puerto.
Sereno, callado, solo
En la orilla está el lamento
El susurro de las olas
Y los albatros en vuelo
El mar azul infinito
acariciando risueño
tus playas, desnudas
rocas de sal de tu cuerpo fresco.
Distancia en del horizonte
Sangra el crepúsculo abierto,
perfil de bote amarillo
que hunde en la mar sus dos remos.
Que son dos brazos curtidos
Que son dos viejos maderos.
Pescador de luz y sombra
Ya no escuchas mi lamento.
El pescador sólo escucha
Solo la canción del viento.
Vieja canción marinera
que se desgrana a lo lejos.
Leve susurro de olas que,
es un susurro de besos.
Carretero de la mar
y pescador en el viento,
lanza tu red del milagro,
tira tus redes al cielo
Atraparás faros, lunas,
Surcos, estrellas, luceros.
Pescador de luz y sombra
Viejo pescador paiteño,
Llévame a tu mar amigo
en tu barcarola de fuego.
¡Tú serás mi capitán
Yo seré tu marinero.
Universidad de Piura
Juegos Florales Universitarios de 1972.
diciembre 20, 2011 at 6:52 pm
Los críticos por inexcusable desconocimiento, han deformado torpemente un poema cuya arquitectura poética igual a Alberti el poeta del mar. Y lo comentarios que denostan al profesor Godos, a quien conocemos por su vinculación a Paita, su historia y a Grau. Que osado resulta llamar «traidor» a quien es un reconcido conocedor de Paita y de Grau.
abril 13, 2015 at 11:56 pm
NO HAY DUDA QUE EL SR.MIGUEL GODOS CURAY ES UN EJEMPLO HONORABLE DE LA CULTURA PAITEÑA Y PERUANA , LOS ECUATORIANOS LE DICEN DOCTOR PERO AQUELLOS DESCABEZADOS QUE VIVEN TRITURANDO AL PROJIMO PORQUE NO TIENEN NINGUN TITULO DE NADA,MALEVOLOS Y SIN HOMBRIA NOS DA LASTIMA ,.SIEMPRE LO QUIEREN APOCAR SABEMOS DE DONDE VIENE TANTA INTRIGA .NADIE ES PROFETA EN SU TIERRA ,
RESPETADO DOCTOR MIGUEL GODOS NOSOTROS SOMOS EX ALUMNOS DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE PÌURA EN LA ESCUELA DE COMUNICACIONES ,CUANDO EL CHILALO LE CANTE USTED DEBE CREERLE SU MENSAJE DE PAZ Y AMOR ,MI PROFESOR ¡TODO UN DOCTOR¡¡ CON JUSTICIA PIURA LE RINDIO UN CALIDO HOMENAJE.